metrópolis | Polígono de San Pablo

Viaje de tiempo de Cruzcampo a la Coca-Cola

  • Visionario. El Polígono San Pablo celebra sus bodas de oro. Medio siglo de un urbanismo de expansión donde vivió la flor y nata del flamenco y la política, juega la élite del baloncesto y lo delimitan dos 'Américas', Kansas City y Santa Clara.

En el bloque de toldos verdes vivieron Manuel del Valle, Rafael Escuredo y Juan Salas Tornero.

En el bloque de toldos verdes vivieron Manuel del Valle, Rafael Escuredo y Juan Salas Tornero. / reportaje gráfico: víctor rodríguez

Cuando lo construyeron revolucionó más la ciudad que las Setas y la torre de Pelli juntas. El distrito al que pertenece, San Pablo-Santa Justa, evoca un aeropuerto y una estación de tren, un viaje arquitectónico de Moneo a Cruz y Ortiz, pero ni por tierra ni por aire. Todo empezó por mar, con la inauguración en 1974 de la estación de Bombeo del Tamarguillo. Requisito indispensable del Servicio Municipal de Aguas para hacer el Polígono.

El 2, una línea que es como el Mekong de la película de Coppola, tiene parada en Éfeso esquina con la Avenida de la Soleá. Las cartas de San Pablo a los Efesios y a los Tesalonicenses -Tesalónica tiene su calle- las dejaría en la oficina de Correos. Allí nos espera nuestro guía, Benito Godoque, conocedor de la instrahistoria del barrio. De los barrios. Porque son cinco, tantos como iglesias: San Pablo en el barrio A; El Pilar, en el B; San Juan de Ribera, en el C; San Ignacio de Loyola, en el D; y San Francisco Javier, en el E. El catolicismo explicado a las ovejas es uno de los muchos libros que publicaría después Juan Eslava Galán, que daba clases de Inglés en el instituto San Pablo cuando en 1987 le dan el Planeta. A algunos de sus alumnos les dedicó En busca del unicornio. José Antonio Sánchez Flores no olvida la rúbrica: "Espero que te guste más que mis aburridas clases de inglés".

En la Oficina de Correos dejan Efesios y Tesalonicenses sus cartas a San Pablo

Ser prime time en televisión es como ganar el Planeta. Al principio de la calle Jerusalén, en un bloque de once plantas, vivía el Risitas, el metapersonaje de Jesús Quintero. Esos bloques separan Jerusalén de la calle Ada, nombre que igual se debe a algún lector secreto de Nabokov. En la trasera de la Cruzcampo.

Paseamos por Jerusalén, como Donald Trump en los telediarios. Dos empleados de Lipasam dan cuenta de un bocadillo junto al Centro de Salud. Hay una mole a medio construir, un paquidermo de hormigón que quedó varado como una ballena en la playa de los despachos. Dicen que allí rodó Alberto Rodríguez escenas de la película Siete Vírgenes. Un callejón inmundo, entre alambradas, lleva el nombre de Jesús de la Rosa, el alma de Triana.

La iglesia de San Juan de Ribera tiene un estilo castellano. Dice el cicerone que la parroquia anduvo en tratos para formar una asociación rociera que iría con la hermandad de Badalona, pero no cuajó. El Polígono San Pablo ocupa un lugar destacado en las Memorias de José Utrera Molina (Sin cambiar de bandera), junto a las fotos de las visitas a la Feria de abril de Grace Kelly y Jacqueline Kennedy. Lo volvió a visitar como ministro de Vivienda. "Su idea era traer aquí a la clase media baja, la media alta y la media media". Exceso de centrocampismo con la emergencia de dos mil viviendas provisionales (Casitas Bajas) cerca de donde después hicieron el pabellón de deportes que todos los años han visitado el Madrid y el Barça de baloncesto.

Oficina de Correos del Polígono, en calle Éfeso, junto al Pabellón de Deportes. Oficina de Correos del Polígono, en calle Éfeso, junto al Pabellón de Deportes.

Oficina de Correos del Polígono, en calle Éfeso, junto al Pabellón de Deportes.

El callejero en esta zona es bíblico. En la calle Jericó está la asociación de vecinos La Pancarta y en la calle Estanbul vivía Paco Lola, no el trianero, sino el guitarrista de Los Doñana, Sal Marina y Caco Senante que en un concierto llegó a conocer a Yaser Arafat. Unos niños juegan al fútbol en la explanada próxima a un centro comercial que antes fue cine y la pescadería Meli, pescadero que acompañaba al maestro Araujo en sus viajes radiofónicos.

Ya no está El Canguro, que fue un símbolo de la precariedad y la marginalidad en un barrio de aluvión pero moderno. La antesala doméstica, convivencial, de los polígonos industriales Store y Calonge. También el de la Carretera Amarilla donde dirigió El Correo de Andalucía el cura Javierre, que ha sustituido en el callejero a Utrera Molina en este juego de la oca y los vaivenes.

Detrás de Casa Dámaso, un bar popular con muy buenas tapas, emerge un bloque del que sobresalen los toldos verdes. En ese conjunto vivieron Manuel del Valle, Rafael Escuredo y Juan Salas Tornero. Un alcalde de Sevilla -con calle por la que pasa el 2-, un presidente de la Junta y un dirigente de la patronal andaluza.

Llegaron con sus ilusiones y también sus desarraigos. Expulsados por las riadas o por la simple especulación. Una versión sevillana del América, América de Elia Kazan. La metáfora está presente en duplicado: a un lado, la avenida Kansas City, ciudad con la que el alcalde Félix Moreno de la Cova hermanó a Sevilla; al otro, Santa Clara, viviendas concebidas para los americanos de la base que fueron ocupadas por la izquierda oficial y la oficiosa. Los rojos que en 1968 estaban más pendientes del mayo francés que de la bendición por parte del cardenal Bueno Monreal, el 14 de julio, día de la Marsellesa, de la parroquia San Ignacio de Loyola. Está regida por los trinitarios. El párroco se llama Pedro Rodríguez Alejo, salmantino de Arribas de Duero, que ejerce su ministerio en la parroquia, Valdezorras y las cárceles de Sevilla. En el patrimonio de la iglesia, el Cautivo de Luis Álvarez Duarte que sale entre vítores cada Lunes Santo, y el Crucificado, un San Ignacio y otras obras que llevan la firma de Santiago del Campo. La iglesia tiene aires de Fisac pero la hizo Luis Recassens.

Antonio Brenes Rodríguez vio hacer el Polígono. Sus 94 años son dignos de un monográfico de Salud al Día. Aquí vio crecer a sus cinco hijos, los siete nietos y los tres bisnietos. Nació en 1922 en El Pedroso, como el editor que sacó del anonimato a Eslava Galán. "Conocí al padre de Lara, le decía que era muy torpe y mire el imperio que montó después". Antonio trabajó de albañil. "Iba donde más ganaba, había donde escober". Hay vecinos de ida y vuelta, reincidentes. Mari Carmen Gómez Espada, administrativa en la Junta que daba clases de inglés a los vecinos del bloque, llegó con nueve años de Las Candelarias y el Polígono le pareció más Nueva York que Kansas City. Se casó con Jorge, se fueron a vivir a Sevilla Este y volvieron al barrio.

Parece el real de la Feria. Empiezan las calles con nombre de toreros: Espartero, Gitanillo de Triana, Frascuelo, Pedro Romero, que es en jerarquía urbana la continuación de Jerusalén. Con Triana y el distrito Sur, el Polígono San Pablo ha sido la gran cantera de artistas. Es el barrio donde crecieron Juani y Rafael, de los Cantores de Hispalis, donde se crió Falete. Vivió la madre de María Jiménez, la gitana yeyé que fascinó a Sabina y a la Cabra Mecánica; y fue vecina del barrio Mila Jiménez, la primera mujer de Manolo Santana, una de las protagonistas del ágora televisivo de la casquería patria.

No le falta al barrio el porte intelectual, que parece que va acorde con calles que honran la memoria de la posgeneración del 27: José López Rubio, Antonio de Lara (Tono, el creador con Álvaro de Laiglesia de La Codorniz), Jerónimo Mihura, hermano del dramaturgo, o Soledad Miranda, ya muy cerca de Santa Clara, separada del Polígono por unos pisos de poca altura que en el argot del vecindario se conocen como los Pitufos. Santa Clara sin infancia de Rafael Montesinos y con lírica de ángeles aerostáticos. De un solo bloque salieron tres libros: El Purgatorio, segundo volumen de las Memorias de Javier Salvago; la Autobiografía de Blanco White, de Antonio Garnica; y El cine aquí y ahora, del crítico de cine Paco Casado.

Francisco Moreno vive en el barrio A, el de las calles con nombres de cuadros de Murillo y Velázquez, pero es feligrés en el barrio E. Ha de atravesar el Polígono entero, desde la Cruzcampo a los pisos que llaman de la Coca-Cola. Trabaja en el sector inmobiliario y es uno de los voluntarios en la iglesia de San Francisco Javier. "Se supone que cada iglesia llevaría en su construcción características del barrio correspondiente; se debieron quedar sin dinero, porque aquí se supone que iba una torre con campanario que no sé dónde está". La iglesia es circular, con tres hermosos cipreses. Da acogida a la Asociación Parroquial Virgen del Carmen, que procesiona el sábado anterior al 16 de julio. El párroco es José Antonio Parrilla Sarmiento, que lo simultanea con la dirección espiritual del Silencio.

La calle Villas de Cuba es como un centro comercial horizontal lleno de negocios adyacentes. El primer local es una farmacia, de la licenciada Sánchez Jáuregui. En el bar Bautista, un cartel ofrece las clases de guitarra flamenca de Romero Pantoja. Del Polígono San Pablo salieron dos españoles que estuvieron en el festival de Eurovisión de Munich 1983: Remedios Amaya, que interpretó el tema ¿Y quién maneja mi barca?, y Francisco Cervantes, director entonces de los programas musicales de Televisión Española. En el Polígono San Pablo vivió Francisco Millán, crítico de televisión y director del primer Festival de Cine de Sevilla, el que trajo a Sylvia Krystel, Otto Preminger y el primer Pedro Almodóvar de Pepi, Lucy, Bom y otras chicas del montón.

Rafael Gordillo nació en Almendralejo, pasó fugazmente por la Puerta Osario y se hizo emblema y vendaval en el Polígono. 75 veces internacional. El barrio de las cinco iglesias, una de ellas inaugurada el día nacional de Francia del año del mayo francés.

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