Javier Villanueva llegó por fin a Sevilla tras cuatro años de calvario estar emocionado por “un recibimiento impresionante. No esperaba esto y estoy muy agradecido”, acertaba a decir mientras abrazaba a amigos y familiares”. "Ahora empiezo a sentirme libre", añadía.

Con la firme intención de “descansar, irme a casa de mi mamá y ver a mis abuelos”, el empresario sevillano cruzaba la estación de Santa Justa a media tarde de este lunes intentando asimilar aún su regreso. “A medida que llegaba a Madrid me hacía a la idea porque aún no me lo creo mucho. No te puedes hacer una idea de lo que he echado de menos Sevilla, y España en general. He recibido mucha ayuda de todo el país”.

Villanueva quiso dar las gracias especialmente a su padre: “La cabeza de todo, y sin mi novia Carola no estaría aquí. Y luego mi familia… Y el gobierno ha sido decisivo en la parte final para que se cumplieran mis derechos”.

El sevillano reconoció haber pasado “miedo”. “Todos los días que pasé en la cárcel, indudablemente”, señaló, mientras recordaba su determinación a denunciar por lo que considera una falsa imputación y la dificultad de que regrese a Bolivia. “Como país, en general, no me ha hecho nada; otra cosa es la seguridad jurídica, y eso sí puede influir en que no vuelva”.

De regreso a casa, “lo primero que voy a hacer es pasear por Sevilla, enseñarle a Carola mi ciudad y mi gente y disfrutar de la familia y los amigos”. “El tiempo no te lo devuelve nadie, pero voy a intentar recuperar un poco”. Así lo hizo en un bar cercano a la residencia familiar. No es para menos.