Entre copla y copla del sentir popular, las reivindicaciones políticas. El alcalde exigió ayer tres leyes: la ley de Barrios de Andalucía, una nueva ley de gobiernos locales y la manida ley de capitalidad, precisamente un año y un mes después de haber frenado en el pleno municipal una propuesta del PP que instaba a lograr el objetivo, pero por una vía distinta. El cante de Patricia Vela abrió y cerró el acto institucional del denominado Día de Sevilla, que así se llama a la celebración civil de una festividad en honor de San Fernando, patrón local. Monteseirín, en presencia del vicepresidente primero de la Junta, Gaspar Zarrías, reavivó un asunto que él mismo frenó con su voto de calidad -como consecuencia de la ausencia de una edil del PSOE- en el pleno celebrado el Martes Santo de 2007.

El grupo popular de entonces, con Zoido aún como mero candidato -pero presente en las filas del público- presentó una moción sobre la capitalidad con la pretensión electoralista de abrir un frente entre el propio alcalde y la Junta a cuenta de la cuestión de la capitalidad. El PP defendía un modelo de capitalidad limitado al ámbito regional y cuya inspiración es la ley autonómica elaborada por el Parlamento balear para Palma de Mallorca, considerando una tarea vana buscar el reconocimiento y desarrollo legal por otra vía, como la estatal. Conviene recordar que el PP negó a Sevilla un estatuto de capitalidad similar al de Madrid y Barcelona en su etapa en el Gobierno central, condenando a la ciudad a una suerte de segunda división municipal. El PP quería comprometer al Parlamento de Andalucía para que aprobara una moción en favor de la capitalidad sevillana. El PSOE parte de la base de que la capitalidad ya está recogida en el nuevo Estatuto a falta sólo de una ley de régimen especial -aunque distinta de la que disfrutan Madrid y Barcelona- pendiente de ser ultimada y con la finalidad de mejorar las competencias y recrusos municipales.

El alcalde se explayó ayer sobre el particular: "En la descentralización del Estado, Sevilla va a ejercer el liderazgo que le ordena el nuevo Estatuto, por lo que deberá desarrollarse legislativamente en forma de un Ley de Capitalidad que sea fruto del consenso y de la lógica institucional. No queremos privilegios ni prebendas para Sevilla -añadió- sino aportar todo lo que podamos a la construcción de una Andalucía fuerte y unida. Andalucía no es ya sólo la suma de las ocho provincias en una permanente competencia de favores y agravios. Es una realidad política con un peso específico enorme en la España democrática donde quiere jugarse su futuro Sevilla".

Monteseirín no precisó ayer ni la fecha en la que se contará ya con la nueva ley, ni la marcha de las negociaciones que, al menos hace un año, el gobierno local aseguraba que mantenía con el Estado .

El alcalde reclamó de nuevo una Ley de Barrios de Andalucía, propuesta ante el Parlamento andaluz, para "potenciar" la inversión de las administraciones y "solucionar de raíz los problemas, viejos y nuevos" de muchos barrios con "importantes déficits urbanos y sociales". Y reivindicó el papel de los Consistorios en el tejido institucional de España: "Con demasiada frecuencia, parece que se olvidara que las ciudades, los municipios, somos Estado, una de las tres partes de la estructura territorial del Estado junto a la administración central y las autonómicas".

Apuntó a la conveniencia de alumbrar una nueva Ley de Gobierno Local, sobre todo para las grandes capitales: "Es una asignatura pendiente de la legislatura anterior que debemos aprobar cuanto antes en esta recién iniciada. Llevamos 30 años esperando a que se complete la descentralización del Estado, tal como la define la Constitución".