La juez que instruye la causa contra un joven estudiante mexicano residente en Sevilla, encarcelado por las lesiones que causó a dos policías que intentaban detenerlo, ha ampliado los cargos contra él y ahora le imputa además dos delitos de homicidio en grado de tentativa.

Fuentes del caso han dicho hoy a Efe que la juez de instrucción 1 de Sevilla, que hasta ahora acusaba al joven Alejandro Ordaz Moreno de presuntos delitos de atentado a la autoridad y lesiones, ha añadido otros dos delitos de tentativa de homicidio por disparar presuntamente contra los dos agentes que intentaban detenerlo en la madrugada del 8 de marzo pasado.

La juez ha tomado esta decisión a la vista de la declaración de los dos policías, según los cuales Alejandro Ordaz se resistió a ser detenido, arrebató su arma reglamentaria a la agente, la encañonó entre ceja y ceja e intento dispararle tres veces, sin conseguirlo.

A continuación intentó disparar también contra el agente masculino que la acompañaba, también sin conseguirlo.

El estudiante mexicano, de 28 años, participaba en un doctorado de la Universidad de Sevilla sobre energías renovables y fue detenido cuando salía de un bar y fue abordado por dos policías de paisano, que buscaban a un individuo sobre el que pesaba una orden de detención.

Su abogado ha pedido a la Audiencia de Sevilla la libertad bajo fianza del joven, pues a su juicio no se ha tenido en cuenta la declaración del detenido, que creyó ser víctima de un "secuestro exprés".

Además, se basa en el testimonio de dos testigos del incidente, que no se conocían entre sí ni eran amigos del detenido, y que declararon que nunca le vieron esgrimir el arma supuestamente arrebatada a la mujer policía.

El joven, según su versión del incidente colgada en internet, asegura que aquella noche "iba muy borracho" y no vio la credencial que le mostraba la policía, pues la calle San Juan de la Salle estaba a oscuras.

Asegura que sufrió un "ataque de pánico" y que su única obsesión era escapar, por lo que aprovechó un descuido de la pareja para dar un puñetazo a la mujer policía y salir corriendo, aunque fue alcanzado por su compañero, con el que empezó a pelearse.

En ese momento la mujer se incorporó a la pelea y le apuntó con su pistola, por lo que Alejandro reconoce que se lanzó sobre ella e intentó arrebatarle el arma "para hacer que apuntara hacia el suelo".

Como consecuencia de la trifulca, el agente sufrió fractura de los huesos de la mano y su compañera varias contusiones que la mantuvieron varios días hospitalizada, mientras que el joven mexicano asegura haber sufrido agresiones físicas, amenazas e insultos raciales tales como "indio de mierda".

Las citadas fuentes han añadido a Efe que la nueva imputación por dos homicidios en tentativa pueden suponer hasta 7 años de cárcel por cada uno.

La Cancillería de México ha anunciado que sigue de cerca el asunto, mientras que el gobierno del estado mexicano de Guanajuato, de donde es natural Alejandro Ordaz, y la universidad estatal han solicitado apoyo diplomático para su causa.