El equipo técnico redactor del proyecto de conservación del edificio Cabo Persianas, en la calle San Pablo, ha defendido que en la actuación que se está realizando para consolidar y conservar la fachada del inmueble, recogido en el Registro Andaluz de Patrimonio Arquitectónico del siglo XX, se ha tenido en cuenta toda la legislación que le afecta, incluida la de Medio Ambiente, por la única colonia de vencejos invernales de Sevilla -una especie que permanece en invierno en sus lugares de cría- que está asentada en el inmueble. En este sentido, Francisco Santisteban, del estudio de arquitectura T10 que ha elaborado el proyecto, recuerda que los trabajos se están desarrollando en invierno y concluirán antes del 21 de marzo para no interferir en el periodo de cría de la especie, en primavera. A pesar de que cualquier obra en esta época es más costosa, la propiedad lo consensuó con Medio Ambiente para minimizar el impacto en los vencejos.

La semana pasada las organizaciones SEO/BirdLife y Ecourbe alertaron de que la actuación podría afectar a la colonia e, incluso, elevaron un informe a la Consejería de Medio Ambiente y al Ayuntamiento de Sevilla para intentar que se retiren las redes de seguridad que se han instalado en la fachada, que se evite que el "trasiego" de operarios perturbe a los ejemplares y que se conserven los huecos que éstos utilizan para anidar. Pero, según Santiesteban, no han tenido ningún requirimiento de la administración y las noticias de esa petición les han llegado por la prensa.

La actuacion tiene licencia de la Gerencia Municipal de Urbanismo desde mayo de 2017, aunque los trabajos se trasladaron al invierno. También cuentan con dos informes favorables de Medio Ambiente de la Junta, uno que se emitió cuando el Ayuntamiento obligó a retirar los andamiajes durante las fiestas de Navidad, y otro cuando se repusieron, tras las mismas. En cuanto a la malla de revestimiento que se ha colocado sobre el andamiaje y que estas organizaciones piden que se retire, Santisteban recuerda que no puede hacerse por el riesgo de caída de cascotes y que la ley de edificación obliga a ello. Ésta impide, igualmente, hacer huecos en la fachada para que aniden los pájaros. Por otro lado, la Ley de Conservación del Patrimonio Histórico obliga a conservar el edificio, construido en los años 40 y considerado uno de los primeros racionalistas en el casco histórico de Sevilla. La actuación es necesaria, porque fachada tiene problemas, con riesgo de desprendimiento, que hay que arreglar. Los trabajos, están casi al 50%, destacó. "Hemos sido muy rigurosos y se ha cumplido en todo momento con la normativa vigente", insistió el arquitecto.