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Sevilla

De astracanadas y matonismos

  • El Defensor del Ciudadano critica la protesta de las mascarillas de la Policía Local e insiste en la necesidad de acabar con la violencia en el taxi.

Comenzó citando un proverbio inglés ("De las flores esperamos que tengan perfume, de los hombres educación") y terminó haciendo una referencia a unas sevillanas para proclamar, cual pregonero, su amor por la ciudad. "Nos ciega el trabajo por y para Sevilla. Eso es lo más importante. Y a quien no le guste, pues que le guste". El Defensor del Ciudadano, José Barranca, concluyó así su presentación ante el Pleno del Ayuntamiento de la memoria de su oficina correspondiente al año 2012.

En los escasos diez minutos que le concedió el implacable presidente del Pleno, Barranca desgranó a toda velocidad los que, a su juicio, constituyen los principales problemas de la ciudad. Como hace en la memoria, criticó a policías locales, taxistas, ciclistas y bares, aunque recordó que el ánimo que le mueve es "únicamente constructivo". Aun así, fue un paso más allá de lo que dice su informe en relación con las críticas a la Policía Local, al recordar la protesta que los agentes de este cuerpo realizaron hace unos meses colocándose unas mascarillas en el rostro. "Cuando un señor de uniforme se pone una mascarilla cae en la astracanada. Difícilmente puede ejercer así la autoridad", dijo.

El Defensor consideró el conflicto del taxi como uno de los peores problemas de la ciudad y refirió "los abusos, la violencia y el matonismo" en el sector y cómo repercuten éstos en la imagen de Sevilla. Pese a decir que está "a favor del deporte", de los ciclistas dijo que no se puede consentir que tomen no sólo el carril bici, sino una acera y la de enfrente porque "al final por donde menos van es por el carril bici". En una frase definió el problema originado por los bares que generan exceso de ruido y ocupan el espacio de los peatones con sus veladores.

Barranca continuó con el vandalismo, los perros sueltos y los coches de caballos mal aparcados para centrarse en la doble fila, que definió como "un problema cuasi genético de los sevillanos, a quienes gusta aparcar donde no se puede". En cuanto a las propuestas de mejora, apostó por eliminar o reformar los quioscos de los Jardines de Murillo, reurbanizar de nuevo lo que se hizo mal en Luis Montoto y cambiar la entrada al cementerio. "Se me cae el alma a los pies cada vez que veo esos puestos de flores de los años sesenta", admitió, para acabar su discurso asegurando que no se olvida de la iglesia de Santa Catalina, del dragado del río y del Museo Arqueológico.

La sesión extraordinaria del Pleno tuvo polémica por la ausencia de PSOE e IU, que no aceptan a Barranca como Defensor del Ciudadano al considerar que adoptó en el pasado posiciones progolpistas y por haberse manifestado abiertamente como persona de derechas. El portavoz del PP, Juan Bueno, lamentó la "falta de respeto" de la oposición hacia los sevillanos al "atentar contra esta institución democrática". "Están excesivamente instalados en el revanchismo y se olvidan de trabajar por los ciudadanos", dijo Bueno. En el turno de réplica, el Defensor insistió en que "la falta de diálogo deja la democracia patidifusa, muerta y anulada".

Nada más terminar su intervención, cuando salía del Ayuntamiento, Barranca se encontró de frente con el presidente del sindicato de la Policía Local (Sppme), Manuel Bustelo, quien le pidió explicaciones por las críticas a la protesta de las mascarillas. "Esto lo hemos hecho en 2013, no tiene sentido que se refleje en la presentación de la memoria de 2012", espetó Bustelo. "Si no he tenido tiempo para nada. No lo tomes mal", respondió Barranca.

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