CUANDO puede, cruza el charco y viene a Sevilla a ver corridas de toros y escuchar flamenco, dos de sus grandes aficiones. Se llama Ronald S. Hendel, nació en 1958 en New London, estado de Connetticut, y dio en el Centro de Estudios Teológicos la conferencia inaugural del III Congreso Bíblico Internacional. Volvió a su país inmerso en la campaña electoral. "Romney teme hablar de Dios porque es mormón". Hendel enseña Estudios Bíblicos en la Universidad californiana de Berkeley y votará a Obama.

Siempre lleva una Biblia en su equipaje. "Harold Bloom ha dicho alguna vez que si se fuera a una isla desierta, se llevaría una Biblia y las obras de Shakespeare. Con Cervantes, son las tres cumbres de la literatura universal". Hace suya la expresión de los mexicanos, esa maldición de les condena a vivir "tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos". "Sí, vivimos cerca de México, lo que para mí no está nada mal, y demasiado lejos de Dios". Hay cercanías que asustan. Julio Trebolle, teólogo gallego, amigo y traductor de Hendel, no cree que el profesor esté enterado del asunto. De la vecina de un pueblo aragonés que retocó por su cuenta el Ecce Homo de la iglesia. "Lo he leído en el New York Times", dice Hendel. Un periódico que últimamente está muy interesado en las cosas de España. Le comento que un lector del Diario de Sevilla decía que mucho más daño le hacían al patrimonio de la iglesia libros como El Código da Vinci. "Dan Brown fue muy inteligente al intuir la importancia de la Biblia. Me gustó la película, porque parte está rodada en dos ciudades que amo, París y Roma".

Es especialista en el Dios de Abraham, el de Isaac y el de Jacob. Al referirle el temor de este último a la ira de su padre, Isaac y tan reciente el paso por su país del huracán con ese nombre, le pregunto que quién bautiza a esos fenómenos de la naturaleza. "En el seguro que pago por mi casa están excluidos los que llama la compañía actos de Dios, que incluye huracanes, ciclones y catástrofes similares".

En su afición a los toros encuentra el mismo juego entre Eros y Tánatos, el amor y la muerte, que describe en el papel que en los textos bíblicos tiene el sacrificio del cordero. "Lo de los toros es muy anterior a Hemingway, incluso a Freud, está en la antropología". Pero en su ponencia dictada en el seminario de Sevilla habló más de ballenas que de corderos. Harold Bloom ha dicho que su libro de cabecera es Moby Dick. "La ballena es el símbolo de la naturaleza, de la violencia, Melville tiene muy presente el Génesis cuando escribe Moby Dick".

Le gusta Charlton Heston en Los Diez Mandamientos y responde con ironía al idioma que elegiría Dios para dirigirse a la humanidad: ¿inglés, arameo, judío, griego, latín, chino? "Galileo diría que en el lenguaje de las Matemáticas. Las Matemáticas son el lenguaje de la naturaleza, sé lo que digo porque tengo dos hijos estudiando Físicas". Vio la exposición de Biblias en la Casa de la Ciencia. ¿Dios es una ciencia? "No, pero la conoce". No se arrepiente de haberse sumergido en un universo que le permitió al hombre romper "con cincuenta mil años de soledad".

Le gusta esa alimentación recíproca de Dios creador del hombre y el hombre creando su imagen de Dios. Una tesis que alguna vez defendió Saramago. "Y Feuerbach mucho antes". ¿Tiene mucho trabajo Dios? "Espero que sí". Ha oído flamenco en Mairena del Alcor y quiere ver toros en la Maestranza en abril de 2013. De la religiosidad sevillana y andaluza destaca "que en la Edad Media hubo convivencia de judíos, cristianos y musulmanes". El legado de Averroes y Maimónides. "Una gran época, un primer Renacimiento que influyó en toda Europa". Si lee los periódicos, le digo, observará que Europa necesita un nuevo Renacimiento. "Y una nueva Andalucía".

Es judío, como Marx y Spinoza, como Groucho y Woody Allen. Ha vuelto a las aulas de Berkeley y a su casa en Walnut Creek, Arroyo de la Nuez, que no todo allí es Mississippi.