La Audiencia de Sevilla ha condenado a un año de cárcel a un hombre que, tras trabajar tres meses como conductor en una empresa, se quedó con la tarjeta destinada a repostar gasolina y con ella adquirió combustible para sus propios vehículos en treinta ocasiones, por importe de 1.303 euros.

La sentencia de la Sección Séptima de la Audiencia, explica que A.G.F. trabajó como oficial en una empresa de pavimentos sevillana durante tres meses, entre el 5 de febrero y el 15 de mayo de 2003, para lo cual conducía un vehículo industrial propiedad de la citada compañía.

Al cesar en su puesto de trabajo, el acusado entregó el vehículo pero retuvo la tarjeta "con el fin de utilizarla abusivamente en beneficio propio", según el fallo.

Así, simulando ser titular de la citada tarjeta, repostó gasolina en treinta ocasiones entre el 17 y el 26 de mayo, con un gasto total de 1.303 euros.

Tras repetidas reclamaciones de la empresa, ésta decidió bloquear la tarjeta, lo que permitió que el acusado fuese localizado a las 19.45 horas del 26 de mayo cuando intentaba utilizarla en una gasolinera situada en el kilómetro 6,7 de la autovía Sevilla-Málaga.

En dicha ocasión, cuando el encargado de la gasolinera comunicó al acusado que la tarjeta estaba bloqueada, éste le aseguró que regresaría para pagar la deuda de 53,61 euros que había contraído, lo que nunca hizo, añade la sentencia.

El juicio por estos hechos no llegó a celebrarse porque el acusado los reconoció y aceptó la condena de un año de cárcel, que incluye la devolución de 1.303 euros a la empresa y de 53,61 euros a la gasolinera.