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De casa okupa a apartamentos turísticos

  • El edificio vacío de la calle Lumbreras que en 2012 fue uno de los iconos del fenómeno social de las corralas se transforma en el negocio turístico de moda

Fachada principal del edificio, donde se ve el cartel que anuncia los apartamentos turísticos.

Fachada principal del edificio, donde se ve el cartel que anuncia los apartamentos turísticos. / Nerea Martínez

El edificio vacío de la calle Lumbreras que representó uno de los principales iconos del fenómeno social de las corralas en los años 2012 y 2013, en plena crisis económica, forma ahora parte de la nueva burbuja capitalista: los apartamentos turísticos. Donde hace cinco años había pancartas que reclamaban "el derecho universal a la vivienda" y la dación en pago, hoy cuelga un cartel azul con las letras AT, seña inconfundible del negocio turístico de moda que está conquistando el centro de la ciudad.

Tras varios años abandonado y con las ventanas de la planta baja tapiadas para evitar que entraran personas sin permiso en el inmueble, a varios vecinos les sorprendió ver el pasado sábado el famoso cartel azul identificativo en su fachada, así como unos relucientes y nuevos números en el portal (13-15). "El cartel de Apartamentos Turísticos fue lo primero que han colocado, no han empezado aún ni las obras de adaptación del edificio, construido inicialmente para que fueran viviendas, pero que nadie llegó a comprar", comentaba un comerciante de la zona este fin de semana. Ayer, ya se vieron los primeros albañiles trabajar, dándole un lavado de cara a un edificio que durante seis meses fue fiel reflejo de la desesperación y de las consecuencias de la crisis.

Más de 30 personas vivieron sin permiso en este bloque, nueve de ellos eran menores

En noviembre de 2012, varias familias sin recursos ocuparon este bloque de viviendas, vacías desde su construcción, en los números 13 y 15 de la calle Lumbreras, formando la Corrala La Ilusión, un fenómeno social respaldado por el movimiento 15-M que se propagó por varios puntos de la ciudad y de la provincia. De hecho, esta corrala fue la segunda en constituirse, después de la bautizada como Utopía, en la avenida Juventudes Musicales.

Un albañil trabaja en el edificio. Un albañil trabaja en el edificio.

Un albañil trabaja en el edificio. / Nerea Martínez

La ocupación, consumada como colofón de una manifestación para reclamar el acceso de la ciudadanía a la vivienda, estuvo marcada por una polémica actuación de la Policía Nacional y unos violentos altercados saldados con cinco detenidos y ocho policías lesionados. Entre los detenidos estaba una reportera de La Sexta que se negó a entregar su cámara a un agente. La Fiscalía pidió nueve meses de cárcel para ella en el juicio celebrado en mayo de 2016 por un delito de desobediencia, del que finalmente quedó absuelta.

Las más de 30 personas que llegaron a vivir en este lugar, divididas en 18 familias, entre las que figuraban nueve menores de edad, abandonaron el inmueble en mayo de 2013, seis meses después de la ocupación, a raíz de una orden emitida por el Juzgado de Instrucción número 3 de Sevilla tras una denuncia de su entonces propietario, la empresa Parque Inmobiliario Costa del Sol. Se trataba, según explicaba el movimiento social 15-M y los colectivos involucrados en defensa del derecho de la vivienda, de "familias trabajadoras" que habían perdido el empleo y la vivienda, con algunos casos de "situaciones muy extremas".

Entre estas familias estaba la de Juan Gómez García, un hombre de 61 años al que imputaron por un delito de usurpación. Juan trabajó durante más de 40 años, pero decidió pedir una excedencia en la empresa en la que trabajaba para montar una inmobiliaria con su mujer y su hija, pero llegó la crisis, estalló la burbuja de la construcción, el negocio quebró y la empresa no le readmitió. Él tuvo derecho al paro, pero su mujer y su hija no porque eran autónomas. "No pedimos limosna. Aspiramos a quedarnos aquí con un alquiler social, no a que nos den las viviendas gratis", aseguraba el hombre desde uno de los balcones del edificio durante la ocupación.

Muchos de los edificios de oficinas vacíos han pedido cambiar su uso para negocios turísticos

Cinco años después de aquello, la historia del inmueble ha dado un cambio radical, así como el protagonismo en la sociedad de movimientos como el 15-M, formando hoy parte de la clase política algunos de sus miembros. El inmueble conocido como Corrala La Ilusión, paradójicamente, acogerá ahora a turistas que pagarán entre 70 y 130 euros la noche, si sigue el precio medio de los apartamentos turísticos de la zona.

Cada vez son más los edificios vacíos que se adaptan para albergar este tipo de negocio que se expande sin freno en el centro de la ciudad y que está provocando una despoblación y un aumento de los precios de los alquileres del Casco Antiguo (ley de la oferta y de la demanda), obligando a los residentes a marcharse del centro. Este boom no está influyendo sólo en el mercado de viviendas de venta y alquiler, sino también en el mercado terciario. La consultoría inmobiliaria Inerzia ya desveló hace unos días que la mayoría de los 29 edificios de oficinas que están cerrados en la zona urbana han pedido el cambio de uso para acoger apartamentos turísticos o establecimientos hoteleros.

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