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"Yo tenía champán, por si acaso"

  • Galardón. En 65 años de premio Planeta, Manuel Ferrand es el único sevillano que lo ganó hace casi medio siglo. Su viuda y sus hijos, entonces niños pequeños, recuerdan aquel día

La viuda, seis hijos y tres nietos de Manuel Ferrand, en los jardines que llevan el nombre del escritor.

La viuda, seis hijos y tres nietos de Manuel Ferrand, en los jardines que llevan el nombre del escritor. / juan carlos muñoz

De ese año 1968 recuerdan dos fechas. El 4 de enero, porque los ladrones entraron a robar en su casa "con los padres, las dos muchachas y los siete niños", pese a que en la Fábrica de Tabacos, enfrente, siempre había una pareja de la Guardia Civil; y el 15 de octubre, porque ese día el padre de los siete niños, Manuel Ferrand (1925-1985), recibió la noticia de que había ganado el Planeta por su novela Con la noche a cuestas. El único sevillano que lo ha obtenido en 65 años.

Casi medio siglo después, su viuda, sus hijos y sus nietos lo siguen viviendo como una fiesta. Manuel Ignacio Ferrand nació en 1961, el año de la riada del Tamarguillo. Tiene un recuerdo vivo de sus siete años. "Yo era muy malo en matemáticas y el profesor me decía: señor Ferrand, con las matemáticas a cuestas".

"Lo curioso es que mi padre no estaba en Barcelona, sino en Sevilla", recuerda desde Londres Ana, la quinta de la estirpe, la misma ciudad en la que unos meses antes Massiel ganó el festival de Eurovisión. "Yo tenía champán, por si acaso, como buena catalana", recuerda Consuelo Garriga, la viuda del escritor.

Pablo es el primogénito de los nueve Ferrand. El año que nació, en 1957, ganó el Planeta Emilio Romero. "La casa empezó a llenarse de gente. Vino hasta el médico de la familia, el doctor Martín Parra". Una familia planetaria: cinco de los 17 nietos del escritor están en el extranjero. Clara, hija de Inmaculada Ferrand, tiene 22 años y presume de haber leído la novela de su abuelo. "La compré por un euro en un mercadillo solidario de la biblioteca pública. Me gustó mucho, habla del barrio de Los Remedios".

El premio se falló en Barcelona y el ganador estaba en Sevilla. "Gracias a un vecino que trabajaba en Iberia, conseguimos pasaje para un avión que salía a las siete de la mañana". Un día después, el escritor y su esposa estaban en el hotel Palace. Ferrand murió el 30 de agosto de 1985, el mismo día que el torero José Cubero El Yiyo en la plaza de Colmenar Viejo .

A su viuda la han invitado a muchas ediciones del Planeta. Lito es la más pequeña de los nueve hijos y madre de Clara, alumna de quinto de Primaria, la más pequeña de los 17 nietos, a la que se le iluminan los ojos cuando habla de un abuelo al que no conoció y que escribía rodeado de niños como los que ayer jugaban en estos jardines que llevan su nombre. "Su concentración era admirable", dice su hijo Pablo. Manuel Ignacio asiente. "Encendía un Ducados detrás de otro, le hablabas y seguía escribiendo".

Cuando lo fallaron, estaba en Sevilla. Fueron a Barcelona por por un vecino piloto

Consuelo Garriga lo conoció cuando Ferrand había enviudado de Encarnación Augustin. Sigue viviendo en la misma casa, "ahora vivo sola, pero en el patio siguen cuatro de mis hijas". Pablo, nieto del escritor, hijo de Lourdes, no ha leído la novela. "Sólo leo cosas de diseño web".

Dos años antes del Planeta, Ferrand había ganado el Elisenda de Montcada, también fallado en Barcelona, con Francisco Umbral de finalista. Jaén triplica en ganadores a Sevilla pese a que el Planeta lo fundó un pionero de El Pedroso: Juan José Mira, Juan Eslava Galán -vivía y trabajaba en Sevilla, pero nació en Arjona-, y Muñoz Molina, de la Úbeda de Sabina. "Lo conocí en Granada cuando publicó Beatus Ille", cuenta Manuel Ignacio, "y me dijo que la mili se le hizo más agradable porque en la biblioteca del cuartel encontró el libro de mi padre. Luego me leí Ardor Guerrero y no lo citaba". Ese año 1968 Franco vino a Sevilla a inaugurar el puente más próximo a la casa de los Ferrand.

Pablo. Lourdes. Carmela. Manuel Ignacio. Ana. Inma. Susana. Guillermo. Lito. Nueve hijos y un premio. El décimo de la lotería literaria. "El premio era un millón cien mil pesetas, pero te daba para lo que te dan ahora 600.000 euros, para comprar dos pisos".

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