Ricardo Marqués, catedrático de Física y vicepresidente de A Contramano

"El paso de ciclistas por calles comerciales y aceras se acabaría con actuación policial"

  • Socio fundador y veterano ex presidente de la entidad ciclista de Sevilla, que cumple 25 años, Marqués cree que el conflicto con los peatones interesa a algunos para justificar actuaciones drásticas.

Sevilla es hoy una de las ciudades ciclistas españolas por excelencia gracias en buena parte al empeño de la asociación ciclista A Contramano, que lucha desde 1987 por la construcción de carriles bici y por la movilidad sostenible. El catedrático de Física de la Universidad hispalense, Ricardo Marqués, gaditano de nacimiento (San Fernando), ciclista empedernido de 58 años, ex concejal de IU-Los Verdes y uno de los socios fundadores de la asociación, cuenta cómo fueron los inicios en los que pocos creían en este transporte y lo que queda por hacer ahora que A Contramano cumple su 25 aniversario.

-¿Cómo empezó el germen ciclista en Sevilla?

-Con una asamblea en la Facultad de Física con setenta personas. Decidimos fundar la asamblea ciclista de Sevilla que luego fue A Contramano y empezamos a organizar marchas ciclistas. No eran las primeras; antes otras plataformas lo habían hecho, pero sí fuimos la primera asociación dedicada a la bici. La más numerosa tuvo lugar en 1993 con 10.000 personas. Fue la marcha más grande en bicicleta que se ha hecho en Sevilla; se tuvo que cortar el Paseo Colón en ambas direcciones. La fotografía fue portada en El Correo de Andalucía. Fue justo después de la Expo 92. Nosotros habíamos reclamado sin mucho éxito que se hicieran carriles bici en las inversiones en infraestructuras para la exposición. No se crearon e incluso se eliminaron proyectos para hacer un carril bici en la ronda del Tamarguillo.

-¿Qué efectos tuvo aquella protesta masiva de 1993?

-Creo que a partir de ahí el Ayuntamiento empezó a tomarnos un poco más en serio. Se llegaron a hacer varias propuestas nuestras que redactamos en aquellos años, como el carril bici en el Paseo Marqués de Contadero y la conexión con Camas. Fueron los primeros carriles bici de Sevilla. Hubo un montón de proyectos más que no se hicieron. Posteriormente también se ejecutó el de la avenida de la Palmera estrictamente, sin tocar Delicias. Luego empezamos a trabajar en proyectos de vías ciclistas del área metropolitana y en combinar la bici con el transporte público.

-¿Algún político de aquella época contrario a la bici es ahora firme defensor?

-Pues no. Lo que sí es verdad es que aquella época me sirvió para entrar en contacto con Paula Garvín, que era segunda de la lista de IU (yo era el cuarto de la lista), y con José García Cebrián [actual viceconsejero de Fomento y Vivienda de la Junta], que era socio de A Contramano y secretario del grupo municipal. Se cerró una amistad entre nosotros y esa coincidencia tuvo después sus manifestaciones. Entramos los tres a la vez en el grupo municipal de Izquierda Unida del Ayuntamiento en 1995. Fui concejal hasta 1999.

-¿Recuerda otros fundadores?

-Francisco Manuel García Farrán fue secretario muchos años; José Morales Alcalá, arquitecto ya jubilado. Y más gente. Yo fui presidente hasta hace poco. Luego entró una nueva hornada, como Juan Manuel Mellado, presidente actual; Manuel Calvo...

-¿Qué queda por hacer en materia de bicicleta?

-Esto es sólo el principio. En Sevilla falta todavía mucha cultura de la bicicleta y este Ayuntamiento no está en contra pero tampoco demuestra una actitud en favor de la bici. Tengo la sensación de que las cosas se han quedado a medio hacer. Ahora toca hacer campañas para que los estudiantes vayan al colegio y al instituto en bici y los ciudadanos, al trabajo. Faltan aparcamientos para este transporte en empresas, centros educativos, centros de trabajo y comunidades de vecinos. Falta un nuevo plan director de la bici porque el actual está agotado.

-¿Esa posición del Ayuntamiento cómo influye?

-La actitud del Ayuntamiento no ayuda nada a crear esta cultura de la bici de la que hablo. Ya se hizo el mayor esfuerzo inversor en la red de carriles bici. Queda hacer aparcamientos y ayudar a las comunidades, empresas y centros educativos a hacerlos; y mejorar el acceso a transportes y estaciones.

-¿Qué echa de menos?

-La bicicleta no está presente en la página web de Turismo del Ayuntamiento, aun cuando el abono turístico de Sevici fue un gran acierto que permite a los turistas recorrer un fin de semana en bici todos los monumentos de la ciudad. El Ayuntamiento no parece que reconozca eso. Su actitud es ambivalente: por un lado ve que la bici tiene un potencial y por otro está preso del sector más reaccionario que apoyó al PP y sigue siendo muy refractario hacia la bici. En mi opinión, la bici es un valor de la ciudad, no de Izquierda Unida.

-El auge de la bici ha tenido efecto en los negocios...

-Sí, en Sevilla desde el inicio de la crisis los dos únicos negocios que han aumentado son las tiendas y talleres particulares de bicicletas y las tiendas de chinos. En la Carretera de Carmona hay un hotel (Santa Isabel) que entrega bicicletas para sus huéspedes con la llave de la habitación. Se ha creado un sector de actividad económica que apenas existía antes.

-Sevilla también se ha hecho conocida en el mundo por sus avancen en la bicicleta

-La reciente visita de los japoneses a Sevilla, la celebración de dos congresos internacionales (el Ibérico y el Velocity) y los elogios de la prestigiosa guía Lonely Planet evidencian que Sevilla está en el punto de mira de la movilidad no motorizada en el mundo entero.

-¿Qué opina de los ciclistas que circulan por Tetuán y otras comerciales en horario prohibido?

-No deberían pasar porque la ordenanza lo prohíbe, lo mismo que prohíbe circular por las aceras. El problema se arreglaría de forma muy fácil y poco costosa: con dos policías a cada lado de la calle parando a los ciclistas durante un mes y, a partir de entonces, empezar a multar. Jamás se han puesto multas a los infractores en estas calles. Tengo la sensación de que interesa que haya un conflicto entre peatones y ciclistas para justificar actuaciones drásticas porque no se hace nada para evitarlo. En Asunción no se multó nunca y se cerró el carril bici.

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