Patrimonio histórico de sevilla

En el cielo de San Pedro

  • En unas dos semanas se retirarán los andamios de la parte superior de la torre de la parroquia después de una minuciosa restauración en la que se han invertido unos 46.000 euros.

Apenas quedan dos semanas para que se retiren los andamios que, durante las últimas semanas, han ocultado la torre de la parroquia de San Pedro debido a las obras de restauración de su cuerpo superior, iniciadas en la primera semana del pasado mes de marzo. Una intervención que comenzó con la sencilla intención de limpiar las malas hierbas que se acumulaban en la construcción pero que, como suele ocurrir, se ha ampliado para solucionar otros problemas que se han ido detectando, alguno de ellos muy graves.

"Estaba en muy malas condiciones". El párroco de San Pedro, Jesús Maya, no oculta los problemas que se han encontrado: azulejos desprendidos, el armazón de madera del chapitel con zonas completamente podridas, algunos jarrones cerámicos decorativos con peligro de desprenderse... El arquitecto del proyecto, José María Navarro, llega a ironizar al afirmar que "afortunadamente no se pudo quitar la vegetación de una manera fácil" -con una grúa-, lo que les obligó montar el andamio y posibilitó un estudio gracias al cual saltó la alarma roja. Florentino Pozo, arqueólogo y responsable del proyecto, no tiene dudas: "Hemos llegado en el momento adecuado. El 60% de la techumbre estaba podrida".

Vídeo:Antonio Pizarro

La abundante vegetación que había proliferado en lo alto de la torre de San Pedro, con matorrales que habían alcanzado hasta los dos metros de altura, ha sido la principal responsable del deterioro de la torre. "Las aves traen las semillas y, al mismo tiempo, producen el abono que hacen crecer las plantas. Poco a poco, las raíces van penetrando y provocando grietas por las que se cuela el agua de lluvia, que moja el armazón de madera del chapitel y facilita su pudrición. Las raíces también han levantado los azulejos de distintas épocas que decoran el chapitel". Como suele pasar, en la conservación a largo plazo de esta edificación (cuya parte más antigua se remonta al siglo XIV) no han ayudado mucho las restauraciones recientes. La primera de la que se tiene constancia es la posterior al Terremoto de Lisboa (1755), aunque las más perjudiciales son las realizadas en 1929 y en 1992. A esta última se debe el que los azulejos se fijasen con cementos modernos rígidos, que no absorben bien las vibraciones y, por tanto, deterioran la pieza. "Por eso, en esta ocasión hemos usado morteros tradicionales", asegura Florentino Pozo. Por su parte, las zonas de madera podridas del armazón mudéjar se han restaurado con resina, lo que ha permitido conservar las piezas originales en buen estado. "Es de lo que se trata cuando se restaura, intentar mantener en lo posible los materiales de época", aclara el arqueólogo. También se ha intervenido en la cruz que corona la torre y se ha instalado un pararrayos.

En este sentido, es importante destacar la presencia en el proyecto de una restauradora de la talla de Maite Béjar. Este periódico pudo comprobar sobre el terreno la soltura con la que Maite Béjar se movía por unos andamios cuya altura le descubrió a más de uno su condición de portador del virus del vértigo. "Es una todoterreno, con un currículum imponente y con formación en Italia", dice Florentino Pozo, quien también destaca el trabajo de la especialista en cerámica Isabel Parente. El arqueólogo cita también el buen hacer del jefe de obra, Pepe Bellido y de la empresa Sanrocón, cuyo propietario, Francisco Sánchez, se encontraba presente en el encuentro organizado con la prensa para enseñar los trabajos de restauración.

La parroquia de San Pedro ha sufragado al completo los aproximadamente 46.000 euros que ha costado la intervención, sin pedir dinero ni a la Consejería de Cultura ni al Arzobispado. "Somos conscientes de que no sobra el dinero y de que hay parroquias mucho más pobres que lo necesitan más que nosotros. Siempre tenemos unos fondos para las obras que puedan surgir en la conservación del templo y, además, los feligreses se están portando muy bien", asegura el párroco. La autosuficiencia de la parroquia de San Pedro se convierte, así, en un ejemplo a seguir para otros templos.

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