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Sevilla

La conductora que chocó con el agente declara que cruzó con la luz verde

  • El testimonio de tres testigos contradice la declaración de la implicada en el accidente, que ha dado negativo en las pruebas de alcoholemia. El policía recargaba la batería de la moto.

La conductora que chocó la tarde del lunes con el agente Sergio Rodríguez Prat, el motorista de la Policía Local que murió a consecuencia de dicha colisión, ha declarado que realizó el giro desde María Auxiliadora a José Laguillo cuando el semáforo se había puesto en verde para ella. Así lo afirmó ante los agentes que elaboran el atestado del accidente y en el que, según ha podido saber este periódico, también se ha tomado declaración, al menos, a tres testigos cuya versión contradice a la de la implicada en este suceso. 

Los hechos tuvieron lugar a las 18:50 del pasado lunes, cuando Sergio Rodríguez, agente de 27 años de la unidad motorizada de la Policía Local, se encontraba en acto de servicio. Este policía circulaba en ese momento por el carril de servicio público de la Ronda Histórica en dirección a la Macarena, en compañía de otros agentes, según informaron ayer a Europa Press fuentes del caso. Al llegar al cruce con José Laguillo tuvo lugar el choque que acabaría con la vida del joven policía. El accidente se produjo al colisionar con un vehículo -un Toyota Corolla de color gris plata- que giraba desde María Auxiliadora para incorporarse a José Laguillo. 

La conductora del turismo, que no ha sido detenida ni imputada por estos hechos, testificó durante más de una hora ante los agentes que se hicieron cargo del caso. En su declaración, la implicada aseguró que se encontraba con el vehículo parado en el semáforo ubicado en el cruce entre María Auxiliadora y José Laguillo, que tiene señales lumínicas distintas para los conductores que continúan hacia el Prado y los que giran a la izquierda. Según su versión, puso de nuevo en marcha el coche cuando el semáforo cambió a color verde para los que se incorporan a José Laguillo. 

Fuentes policiales añadieron a este periódico que la conductora explicó que en ningún momento pudo esquivar al agente que iba en moto porque no se percató de su presencia hasta que sintió un golpe en su vehículo como consecuencia de la colisión. Las pruebas de alcoholemia que se le practicaron a la implicada han dado resultado negativo. 

Según pudo saber este periódico a través de fuentes policiales, el atestado -que aún no se ha concluido- recoge, al menos, el testimonio de tres testigos que se encontraban presentes en la zona en el momento en el que ocurrieron los hechos. Se trata de dos peatones y un taxista que aseguran que la conductora giró cuando aún el semáforo estaba en rojo para dicha maniobra. 

En este sentido, resulta clave el relato del taxista que se encontraba en ese instante parado en el semáforo de José Laguillo para incorporarse a María Auxiliadora. Es decir, se disponía a realizar el mismo giro que la conductora que chocó con el agente fallecido pero en sentido inverso, por lo que el semáforo tedría que tener la misma señal lumínica para los dos al no interferirse ninguna de las maniobras. 

Este taxista asegura que la implicada inició el giro cuando él aún se encontraba parado porque el semáforo estaba en rojo, por lo que el semáforo que le permite el giro a ella tampoco se habría puesto en verde. 

Fuentes policiales explicaron también que poco antes al agente fallecido se le había agotado la batería de la moto en San Bernardo, por lo que tuvieron que recargarla con ayuda de otro vehículo (lo que se conoce como biberón). Ante esta situación los compañeros le aconsejaron que diera una vuelta con la moto para que la batería acabara de recargarse. Todo apunta a que el accidente mortal se produjo cuando realizaba dicha operación. 

Hasta la zona se desplazaron varios equipos del 061 (entre ellos, cuatro ambulancias) y una unidad de Bomberos, ya que el agente había quedado atrapado. El estado en el que se encontraba el policía obligó a montar un pequeño hospital de campaña en la propia vía para atenderlo, lo que provocó grandes retenciones. Los servicios sanitarios estuvieron reanimándo al agente hasta poco antes de las ocho de la tarde, cuando fue trasladado al Hospital Virgen del Rocío. Minutos después de llegar al centro sanitario certificaron su muerte. 

Sergio Rodríguez Prat formaba parte de la última promoción que entró en servicio a principios del pasado julio. Desde 1978 no fallecía en Sevilla un agente local en acto de servicio. Aquel año murió José Luis Luque tras ser tiroteado por dos atracadores.

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