La primera vez que Albert Boadella, dramaturgo y director de la compañía Els Joglars, se acercó a la Semana Santa pensó que se iba a encontrar con una representación folclórica y muy turística, pero se llevó una gran sorpresa porque lo que vio fue todo lo contrario: "No sólo no vi a ningún turista, sino que viví una representación genuina, pura y profunda de la fe que no había visto nunca antes". Desde entonces, acude a vivir la Semana Santa sevillana cada vez que puede.

Aprovechando su estancia en Sevilla por la representación de la nueva obra del Els Joglars 2.036 Omena-G, en el Lope de Vega, el dramaturgo fue invitado por la Hermandad de Montserrat para hablar sobre la Semana Santa y el teatro. Boadella definió la Semana Santa como "una representación que colma todos los aspectos emocionales que uno tiene en sí mismo, y yo no concibo el sentimiento religioso sin la emoción".

El catalán explicó que el teatro busca una identificación de los espectadores con lo que está ocurriendo en la escena, y que para ello se necesita un código común: "En la Semana Santa todas las personas que la presencian saben cada detalle de lo que se representa. Es una historia que asumen como totalmente veraz. Es, por tanto, un código perfecto el que se produce entre el devoto y las imágenes".

Boadella reveló que nunca le han gustado las películas y representaciones de la vida de Jesús. "Me costaría mucho hacer algo a ese respecto. Prefiero la representación a través de imágenes, como la escultura, la pintura, incluso la música. Esto induce más el sentido trascendente del hecho".

También señaló Boadella importantes diferencias entre la Semana Santa y el teatro, donde nada se deja a la improvisación, mientras que la visión de una cofradía está sujeta al azar: "Lo que más me emociona siempre es el fenómeno que se produce entre el público cuando llega un paso. Es impresionante el magnetismo que se crea y cómo se multiplican las emociones a través de los que están presenciando la escena", concluyó.