Sevilla

El jurado declara culpable al Boludo por matar a una mujer de 45 puñaladas en Los Pajaritos

  • El veredicto, alcanzado por unanimidad, no aprecia ninguna circunstancia atenuante y las acusaciones piden entre 13 y 15 años de condena

El Boludo, en el juicio.

El Boludo, en el juicio. / josé ángel garcía

El jurado popular ha declarado culpable de un delito de homicidio al argentino Diego Alejandro Gómez, el Boludo, por haber asestado 45 puñaladas a María Luisa Richarte, una toxicómana de 42 años conocida como la Flor, en una vivienda de Los Pajaritos.

El veredicto del jurado, hecho público este martes, considera por unanimidad culpable al ciudadano argentino de un delito de homicidio, en el que no aprecia ninguna circunstancia atenuante o agravante en su conducta.

Tras conocer el veredicto, la Fiscalía de Sevilla ha mantenido su petición de condena de 13 años de cárcel para el acusado, mientras que la acusación particular ha reclamado 15 años, y la defensa ha solicitado la pena mínima, que es de diez años.

En su declaración en el juicio, el Boludo alegó que sólo se defendió ante la agresión de la víctima, que le atacó con un cuchillo después de que el acusado declinara sus "insinuaciones sexuales". Diego Alejandro Gómez reconoció que los hechos que sucedieron en una vivienda ubicada en el número 25 de la calle Perdiz el 3 de abril de 2017, a la que llegó de madrugada para comprar pasta base de cocaína. El acusado, de 37 años, explicó que la noche anterior, el domingo 2 de abril, había salido a trabajar como “taxista pirata”, llevando a personas a la discoteca y recogiéndola, y sobre la una y media de la madrugada del día 3 se detuvo, haciendo parón en el que fue a comprar cocaína al Polígono Norte. Su idea era consumir la droga para quitarse el cansancio que acumulaba de varios días trabajando, pero “ya no pudo parar” y, a continuación, relató que llegó a comprar y consumir cocaína hasta en ocho ocasiones, adquiriendo cantidades de 5 micras por unos 35 euros cada vez.

El acusado dijo que llegó a la barriada de Los Pajaritos de la mano de una prostituta que conoció esa noche y a la que invitó a consumir caballo. Cuando ésta se marchó, regresó a la vivienda de la calle Perdiz, sobre las cinco o cinco y media para comprar de nuevo, y fue cuando conoció a la Flor, que le “invitó a una fumada”.

Después se marchó a un polígono cercano a consumir la pasta base de cocaína y regresó a la vivienda sobre las 7:30 hora para consumir de nuevo hasta que se fueron las dos parejas que había en esa casa y se quedó a solas con la víctima. Es en ese momento cuando, según la versión del acusado, la mujer le “insinuó” que tuvieran relaciones sexuales y él la rechazó, iniciándose una discusión en la que ésta le golpeó con un machete por la espada, aunque el arma estaba enfundada. Acto seguido, cayó al suelo y empujó a la víctima, se levantó para marcharse y la víctima, según el testimonio de Diego Alejandro, le atacó con un cuchillo de cocina.

Él agarró el cuchillo por la hoja, cortándose en las manos, y como había en el suelo un líquido jabonoso –no sabe si era cerveza- ambos se cayeron, “forcejearon y pelearon” hasta que vio sangre, no sabe si de él o de ella, le quitó el cuchillo. Cuando la fiscal del caso le preguntó sí apuñaló a la mujer, respondió que “parece que sí” y explicó que en el forcejeo con la mujer le dobló mano con la que ésta agarraba el cuchillo para que se lo clavara ella.

Después se levantó “mareado y aturdido”, añadiendo que por ese aturdimiento “no sabe cuántas puñaladas hubo”, ya que su intención era zafarse de ella, “perdió el control”, y se marchó de la casa, mientras la víctima seguía “insultándole y gritándole”, sostuvo el procesado, que afirmó que era consciente de la pelea y de la sangre, “pero en ningún momento pensó que esta persona había fallecido. Jamás tuve intención de acabar con su vida”.

Se marchó del lugar porque se sintió “en peligro” porque, según el acusado, su “círculo social no es el del consumo, venta y trapicheo de drogas”, por lo que le preocupaba salir de la casa, primero, y del edificio y del propio barrio de Los Pajaritos, después.

David Alejandro Gómez insistió en que es consumidor de cocaína desde hace 19 años, si bien dijo que sólo consume cuando tiene bastante dinero, dado que cuando lo hace puede gastar entre 300 y 800 euros, habiendo llegado a estar hasta “tres o cuatro días” seguidos tomando drogas.

La Fiscalía reclama además una indemnización de 361.200 euros para los tres hijos menores de edad de la víctima –de 11, 13 y 15 años cuando ocurrieron los hechos-, así como a la madre de la fallecida.

En el ejercicio del derecho a última palabra, el Boludo pidió perdón por el crimen. "Siento mucho todo lo sucedido, desde el primer momento he reconocido todo lo que ha pasado y jamás fue mi intención hacer daño a nadie".

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