DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Sevilla

El dragón agazapado

  • Hace años que se vaticina el salto a la primera línea política andaluza del edil y senador alcalareño.

Durante 17 años de alcalde en Alcalá de Guadaíra son muchas las huellas que Antonio Gutiérrez Limones ha dejado en el municipio en el que nació en 1963. Una de las más llamativas es el conocido como Puente del Dragón, en el que el azulejo andalusí se usa con la técnica del trencadís que popularizó Antoni Gaudí. El nombre oficial de la pasarela es El Guardián del Castillo y Evangelina Naranjo se refirió a ella durante la presentación de la candidatura de Limones a la Secretaría del PSOE de Sevilla: "Yo también quiero un dragón bueno, que proteja a los niños y a los mayores y los intereses de los sevillanos".

La figura de Limones es un poco como la de ese inusual animal mitológico, al que se le presupone la fuerza como símbolo y referente -del alcalde se destaca su juventud, su formación, su experiencia laboral y lleva años apuntándose como valor en alza en la política andaluza-, pero sigue en la ladera de su fortaleza alcalareña, sufriendo el desgaste los años de gobierno local y de la grave crisis. La proyección que se le atribuye y por la que se le tiene muy encuentra no se ha confirmado hasta ahora.   

"Cada tiempo tiene su afán", se limita a decir si se le pregunta cómo es que no ha dado aún ese salto, más allá de la Diputación -vicepresidente de 1999 a 2003- y del Senado -desde 2008-. Apostó por ZP en el congreso federal en el que éste hizo con la Secretaría contra todo pronóstico. Su nombre se barajaba incluso como un posible relevo a Manuel Chaves al frente de la Junta. Él dice que es una "leyenda urbana". El revés de ayer no es el final de esa proyección.

Su idea era compaginar la Secretaría del PSOE con la Alcaldía. Pese a que está siendo un mandato complejo, con una caída de ingresos y un Ayuntamiento endeudado, tras muchas inversiones. Alcalá tiene 73.000 habitantes y dos millones de metros de suelo industrial. Es, tras Dos Hermanas, la mayor de ciudad andaluza en la que el PSOE sigue gobernando. En la campaña a la Secretaría del PSOE, se ha ido poniendo el acento -en contraposición a la trayectoria de Susana Díaz, centrada en el partido- en su formación y experiencia como gestor.  Limones, casado y con dos hijos, comenzó a tener contacto con la política en sus años en el instituto Cristóbal Monroy, donde era delegado. El último año y con una beca, lo cursó en Estados Unidos. Al volver, con el inglés adquirido trabajó como recepcionista del hotel de la Base de Morón a la vez que se licenció en Derecho. Se vinculó a la UGT, para la que luego ejerció como abogado laboralista. Hizo un plan estratégico para Alcalá desde un primitiva agencia de desarrollo y en 1995 se presentó a unas municipales como cabeza de cartel. Ganó, pactó con el PA. Luego ha revalidado mayorías absolutas. Le gusta recordar que llegó al gobierno en la crisis tras la Expo, en una ciudad con un suelo industrial obsoleto, del que huían las empresas. La apuesta que se hizo por la remodelación y la planificación consiguió mejorar las cosas. El reto se repite.

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