Hasta ocho empresas punteras especializadas en aeropuertos se han presentado a la licitación convocada por Aena para realizar una reforma de envergadura en la terminal del aeropuerto de San Pablo un cuarto de siglo después de su inauguración con motivo de la Exposición Universal de 1992. Estas compañías de ingeniería optan al proyecto de ampliación de la planta de embarque, la reforma de la sala de recogida de equipajes o la reconfiguración de la sala de llegadas. El gestor aeroportuario entiende que estos cambios en el edificio diseñado por Rafael Moneo servirán para optimizar las capacidades operativas con vistas al crecimiento esperado en los próximos años tanto en las llegadas como en las salidas de aviones.

A la mejora de las instalaciones del aeródromo de San Pablo se han presentado las siguientes empresas. Getinsa-Payma ha realizado las asistencias técnicas de las obras de la segunda fase de ampliación del aeropuerto de Valencia, de las obras del paso subterráneo para vehículos de asistencia en tierra en el nuevo campo de vuelo del aeropuerto de Málaga, la ampliación del edificio de la terminal del aeropuerto de Gran Canaria, y el diseño del proyecto, supervisión y control de la obra del nuevo edificio terminal del aeropuerto de Barcelona.

Otra de las empresas es Guesa, entre cuyos trabajos en el campo aeroportuario destacan su apoyo técnico en el Plan Barajas y el proyecto constructivo de los edificios del área terminal del aeropuerto de la región de Murcia. La tercera es la consultora en ingeniería Conurma, que ha ejecutado la mejora del espacio público del aeropuerto de Gran Canaria, la remodelación del edificio terminal T-2 del aeropuerto de Málaga o la edificación, el campo de vuelos, la pista y la plataforma del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

También se presenta Eptisa, que ha desarrollado la asistencia técnica del control de calidad de las obras del Plan Barcelona para la ampliación del aeropuerto de la capital catalana y la asistencia técnica para el control y vigilancia de las obras de ampliación del campo de vuelos del aeropuerto de la Costa del Sol. Las otras cuatro empresas son G.O.C., responsable de la ampliación del aeropuerto de Barcelona y del nuevo edificio terminal del aeropuerto de Santiago de Compostela; Incosa, entre cuyos trabajos se encuentra un plan de accesibilidad en 41 aeropuertos nacionales; Cemosa, que realizó las ampliaciones del campo de vuelos en el aeropuerto de Santander y de la plataforma de la zona este del Aeropuerto de Málaga; y Aertec, encargada de numerosos proyectos en el aeropuerto de Málaga y de la nueva terminal y plataforma civil del aeropuerto de Gibraltar.

Los técnicos de Aena se encuentran estos días analizando los distintos proyectos presentados antes de designar a la adjudicataria de una asistencia técnica de un proyecto que cuenta con una partida de 1,4 millones, y que se convertirá en una inversión para el aeropuerto de San Pablo de unos 14 millones según los técnicos de la empresa público-privada. El plazo de ejecución de los trabajos es de 49 meses (cuatro años). El gestor aeroportuario explica que el periodo supera los cuatro años porque incluye todo el proceso, desde la fase de redacción del proyecto al seguimiento de las obras una vez que se adjudiquen los trabajos de construcción y un informe a su finalización.

La mejora de las instalaciones aeroportuarias se verá reflejada en la ampliación de la zona sur de la planta primera de la terminal en 4.000 metros cuadrados. Este aumento se aprovechará para agrandar y reformar la sala de embarque, que tendrá 16 embarques simultáneos, y posibilitará que la plaza comercial cuente con 4.500 metros cuadrados para multitiendas y restauración. A estos metros comerciales hay que añadirles otros 1.700 que irán en la sala de embarque. La asistencia técnica para la redacción del proyecto de mejora de la terminal (que incluye la asistencia técnica en arquitectura) detalla que la zona de control de seguridad contará con cuatro filtros dobles, se eliminarán salas de preembarque para facilitar la circulación y el confort de los pasajeros, y existirá la posibilidad de contar con embarques a pie en posiciones junto al edificio. En síntesis, el control de seguridad ganará 500 metros cuadrados, la zona de embarque, 1.900; la comercial, 2.600; la de recogida de equipajes, 775; el control de pasaportes, 350, y el vestíbulo de llegadas, 200 metros cuadrados.