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Los invisibles · W. George Lovell.

"Lo que no encontré en Guatemala estaba en el Archivo de Indias"

  • Escocés de Glasgow, vino a Sevilla, el reverso de Cernuda, a investigar en el Archivo de Indias. Vio en Heliópolis el Escocia-Brasil de 1982 y ese día se hizo bético.

George Lovell, en la Escuela de Estudios Hispano-Americanos donde reside, junto a la estatua de Nebrija.

George Lovell, en la Escuela de Estudios Hispano-Americanos donde reside, junto a la estatua de Nebrija. / m.j. lópez

Para hacerse bético, W. George Lovell (Glasgow, 1951) tuvo que ir desde su Escocia natal a Canadá y Guatemala, donde descubrió "una belleza que duele".

-En Glasgow escribió Cernuda Ocnos, su infancia sevillana...

-Para combatir el frío, fui a los Baños Árabes y están en la calle Aire, donde vivió Cernuda.

-¿Cómo descubre América?

-Soy geógrafo y al terminar los estudios me fui en 1972 a Alberta, en Canadá, que era como una Texas del norte: mucho petróleo, muchos recursos, muchas oportunidades para un investigador. No quise volver a Escocia porque era un poco antes de que llegara la señora Thatcher.

-¿Y cambió de planes?

-Había hecho un trabajo en la región de Oaxaca, en México, y mi supervisor me sugirió que bajara hasta Guatemala. Llegué en 1974 y me enamoré, no de una persona, sino de un país, un paisaje, una belleza que duele. Vi que allí estaba el objeto de mi tesis. La sierra de los Cuchumatanes me recordaba la belleza de las tierras altas de Escocia.

Geográficamente estamos cerca de Gran Bretaña; mental y espiritualmente, somos parte de Europa"En Alfonso XII había un futbolín y a mí, que soy bético, me decían Manolín por el McMinn del Sevilla"

-¿Y qué le trae a Sevilla?

-Empecé a estudiar la época colonial, trabajé en el Archivo General de Latinoamérica de Guatemala. Encontré documentos de los siglos XVII y XVIII, pero los del siglo XVI habían sido objeto de incendios, robos, deterioro. Tenía que ir al Archivo de Indias. Llegué a Sevilla en enero del 78.

-¿Dónde se quedó?

-En una pensión del barrio de Santa Cruz. Cuando vuelvo en 1982, ya me quedo en la Escuela de Estudios Hispano-Americanos, donde llevo viniendo 35 años.

-¿Se hace bético entonces?

-Llegué en mayo de 1982 y fui al campo del Betis a ver el Escocia-Brasil. Empezó marcando un golazo David Narey, pero enseguida empató Zico. Mi madre decía que Sócrates tenía menos carne que el cuchillo de un carnicero. Me impresionó después la mezcla de las gaitas escocesas y las maracas brasileñas en el Parque de María Luisa. Y el entorno del barrio de Heliópolis.

-¿Por qué vino en 1982?

-Era la época del conflicto armado en Guatemala, con el dictador Efraín Ríos Montt. Yo firmaba artículos con seudónimo, y me aconsejaron que no volviera.

-¿Sigue en Canadá?

-Pero cambié de Universidad. Ahora estoy en Kingston, una ciudad sin reggae pero muy bonita, en la Universidad de Queens, que gracias a mi amigo Juan Marchena tiene un convenio con la Pablo de Olavide.

-¿Vio cantar a Leonard Cohen?

-Lo vimos en un concierto poco antes de su muerte. Mi mujer es muy aficionada a su música.

-Escocia, Canadá, Guatemala, Sevilla...

-Siempre unidas. Después de sacar el doctorado, me ofrecieron quedarme, pero en 1985 tenía una beca para venir a Sevilla.

-El año que Gordillo se va al Madrid...

-Recuerdo los goles de Rincón y Calderón.

-¿Convivió con la rivalidad?

-En tiempos había un futbolín en la Escuela de Estudios Hispano-Americanos. A mí me decían Manolín, como el escocés McMinn que fichó el Sevilla de Wallace.

-¿Guatemala sigue en el Archivo de Indias?

-Voy a presentar en Sevilla mi último trabajo, mi libro número trece, que se titula Atemorizar la tierra. Algunos piensan que es por el conflicto armado, pero en realidad es por una frase que aparece en una carta que el extremeño Pedro de Alvarado le manda desde Guatemala a Hernán Cortés, en México. Le dice que ha derrotado a unos indígenas, los quichés, con la ayuda de una tribu rival, los kachiqueles.

-¿Los españoles explotan esa rivalidad?

-Eran expertos en adivinar rivalidades y exportar diferencias.

-¿Hasta cuándo en Sevilla?

-Hasta el 8 de mayo, lunes de resaca. En Semana Santa iré a Escocia a ver a mi familia.

-¿Cómo se mueve por Sevilla?

-En la bici de Fernando, un amigo argentino.

-En Glasgow también hay dos equipos, Celtic y Rangers...

-Mi padre, el primero que hizo las Américas como marino mercante en Aruba, Cuba y Curaçao, abrió una tienda de ultramarinos a doscientos metros del estadio de Glasgow Rangers. Nos dijo que no fuéramos al estadio para no ser malinterpretados por los católicos del Celtic. Nos hicimos del Clyde, un equipo de Segunda División que lleva el nombre del río que pasa por Glasgow.

-Una leyenda mexicana habla de la maldición de estar tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos. ¿Les pasa a los escoceses con el Brexit?

-No es una leyenda. Es una frase que se le atribuye al dictador liberal Porfirio Díaz. Geográficamente estamos "tan cerca" de la Gran Bretaña, pero mental y espiritualmente no estamos "tan lejos" de Europa. Al contrario, que viva una Escocia algún día independiente de Inglaterra y parte de Europa.

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