FERIA Toros en Sevilla hoy en directo | Morante, Castella y Rufo en la Maestranza

Episodios sevillanos del siglo XX

El engaño del corte de Chapina (y III)

  • ENTREGAS PUBLICADAS 24 y 31de mayo; 7, 14, 21 y 28 de junio; 5, 12, 19 y 26 de julio; 2, 9 y 16 de agosto de 2009.El puente de Isabel II coincide con el orto y el ocaso de una época de renacimiento social, económico y cultural, después de un largo período de decadencia desde que en 1717 se trasladó la Casa de Contratación a Cádiz

SI el puente de barcas fue el impulsor de la vida de Triana, del alfoz en gran parte del Aljarafe y de la Sierra Norte de la provincia, el de Isabel II consolidó el sistema socioeconómico de toda la margen derecha del Guadalquivir, y el puente ferroviario hizo posible las comunicaciones con el resto del Suroeste de Andalucía y el Sur de Portugal. Por su parte, la Pasadera de Chapina acabó con el sistema de falúas que utilizaron preferentemente las obreras que iban diariamente a trabajar a la fábrica de loza y cerámica de la Cartuja y también a los numerosos almacenes de aceitunas trianeros, procedentes de los barrios de la Macarena y del Este de la ciudad. El sistema de falúas se mantuvo hasta el 18 de agosto de 1931, cuando fue inaugurado el puente de San Telmo, entre las zonas de la Torre del Oro y el puerto de Camaroneros.

El puente de Isabel II coincide con el orto y el ocaso de una época básica de Sevilla, de renacimiento social, económico y cultural, después de un largo periodo de decadencia desde que en 1717 se trasladó la Casa de Contratación a Cádiz durante el reinado de Felipe V, primer monarca Borbón. Pero este tiempo de renacimiento sevillano, iniciado mediado los años cuarenta del siglo XIX, no pudo prosperar como consecuencia del llamado Desastre del 98, y sus antecedentes sociopolíticos, por lo que las grandes iniciativas socioeconómicas surgidas en la Sevilla Isabelina (1833-1868), quedaron frustradas por causas ajenas a la propia capital y su provincia.

A la mencionada Sevilla Isabelina sucedió la Sevilla Federal (1868-1898), que no aportó ninguna posibilidad significativa al desarrollo de la capital y provincia, ni siquiera al mantenimiento de lo logrado durante la etapa anterior. De esta época podemos recuperar los afanes mercantiles que hicieron posible la Feria Bético-Extremeña, de contenido general agrario y sectores afines, celebrada en 1874 en los salones de los Reales Alcázares; la Feria ganadera de San Miguel, iniciada en 1875; algunas mejoras en la ría del Guadalquivir y la incorporación de nuevos empresarios vascos y catalanes en los sectores industrial y comercial.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios