Sevilla

La familia y uno más

  • El rey Juan Carlos recibe mañana en la Zarzuela a los Roiz, nueve miembros de una familia sevillana que pertenecen a la Guardia Civil: el padre, siete hijos y un nieto

Debe ser un caso único en España. Nueve miembros de una misma familia, todos ellos con el uniforme de la Guardia Civil, serán recibidos mañana por el rey Juan Carlos en el Palacio de la Zarzuela. Fernando Roiz y el monarca son viejos conocidos. El 22 de abril de 1982, este sevillano de la calle Regina, nacido en 1927, ya fue recibido en La Zarzuela. Entonces acudió con cinco hijos integrados en el Cuerpo y un polilla, como se conoce en el argot de la Benemérita a los que pasan por el colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro. 26 abriles después, son siete los hijos que pertenecen a la Guardia Civil, con el refuerzo de uno de sus 19 nietos, Ángel Roiz, de la tercera generación, hijo del brigada Álvaro Roiz y que también pertenece al Cuerpo. A los nueve representantes de la institución creada por el duque de Ahumada les acompañarán Encarnación Espinal, sevillana de la calle Jesús del Gran Poder, esposa del patriarca, y Francisco Javier, el único de la prole que no pertenece a la Benemérita. Superó la prueba cultural, pero le pararon los pies en la física -"por dos dichosos centímetros", se lamenta su padre- y trabaja como soldador. Con su madre, será el único que acuda a la recepción vestido de paisano.

A diferencia de los polillas José María, Álvaro y Juan Carlos, los tres con los galones del colegio de Valdemoro al que llegaron con 15 años, su padre fue de vocación tardía. Fernando Roiz Villanueva entró en la Guardia Civil cuatro años después de casarse en la Basílica de la Macarena. Entre 1939 y 1942 estuvo en el seminario de San Telmo estudiando para cura. "Fui compañero de promoción del padre Leonardo Castillo. Uno de mis destinos fue Algar, el pueblo gaditano donde había nacido este sacerdote". En la iglesia de San Gil celebró sus bodas de oro con la madre de esta singular unidad de la Guardia Civil.

Los Roiz han prestado servicio en 17 provincias de once comunidades autónomas: Aragón, Andalucía, Navarra, Cataluña, Madrid, Baleares, Castilla-León, Extremadura, La Rioja, Castilla-la Mancha y Euskadi. De Canfranc a La Antilla. De Irún a Hornachuelos. El currículum más andaluz es el del padre: salvo su etapa en la 111ª Comandancia de Madrid, siempre estuvo cerca de casa: Eritaña, El Cachón (La Línea de la Concepción), Gallineras (San Fernando), Algar, Sanlúcar de Barrameda, Almonaster la Real (Huelva) y el 38º Tercio de la Guardia Civil, en la plaza de España.

Los cinco mayores nacieron en la casa familiar en la calle Macasta, en el barrio de San Julián. Los tres restantes vinieron al mundo en la casa-cuartel de la Calzada, cerca de lo que hoy es la estación de Santa Justa. Su primera visita a la Zarzuela, en la primavera de 1982, tuvo lugar en un momento histórico del país, entre el fallido golpe de Tejero en el Congreso y el triunfo de los socialistas en las elecciones del 28 de octubre.

La saga la abre Jesús Ramón, 57 años, el primogénito, que en la actualidad tiene rango de caballero mutilado por herida de arma de fuego cuando estuvo destinado en Inca, Mallorca. Después cubrió destinos en La Antilla y Sevilla. Son sevillanos de cuna y cuatro de ellos también lo son de destino en Salteras, Carmona, Pilas y Montequinto, aunque a lo largo de sus carreras los Roiz pasaron por otros puntos de la provincia: Pedrera, El Castillo de las Guardas, Santiponce.

Fernando, el segundo, simultaneó el servicio con su gran vocación: árbitro de fútbol-sala. Han tenido destinos como el aeropuerto barcelonés del Prat, la cárcel de Sevilla o el Grupo Antiterrorista Rural, en Logroño. Tienen en su palmarés topónimos de una España ignota que sólo está en los mapas de la Benemérita: Torrejoncillo, en Cáceres, o Tudela del Duero, en Valladolid.

Pedro Manuel, el benjamín de la saga, salió de la Academia de Úbeda y pasó por Barcelona. Los Roiz fueron recibidos en 2005 por el cardenal de Sevilla Carlos Amigo Vallejo. El padre, con 80 años, está como un niño con zapatos nuevos, ansioso por volver a ver al Rey de España, su amigo de la Zarzuela y del amor a España.

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