Sevilla

Las dos familias reciben el apoyo de otras víctimas con cientos de testigos

  • Ortega Lara, Consuelo Ordóñez y María del Mar Blanco, entre los participantes · El gobierno de ZP centró las críticas más duras de un acto convocado por las familias

"Me gustan las personas que llaman terroristas a los terroristas y que izan la bandera de España con dos narices". Teresa Jiménez Becerril se llevó la primera gran ovación de la noche en el acto convocado por las familias de Alberto y Ascen. "Esta noche está aquí el espíritu de ellos dos. Ya era hora de que pudiéramos organizar un acto como Dios manda". Y estuvieron víctimas de toda España con ambas familias. Y vecinos de la ciudad que aún recuerdan la noche del 30 de enero de 1998. Y dirigentes del PP de entonces, de después y de ahora. Y los hijos del matrimonio asesinado con sus familiares y amigos del colegio. También estuvieron sus profesores. Entre ellos, el tutor de Alberto en el Colegio de los Maristas, Juan José Morillas: "Lleva un curso muy bueno. Es un niño muy integrado y muy reconocido. Prueba de ello es que es el delegado de clase. Tiene un encanto personal que sabe transmitir a sus compañeros. Es de una personalidad muy abierta".

A Cristina Cuesta, presidenta del colectivo de las víctimas en el País Vasco, le mataron el padre hace 26 años. "Soy española y vasca". Y el auditorio le interrumpió con una larga ovación. "Me gusta la copla andaluza por mi abuela, que era de Jaén. A mi padre lo asesinaron por contribuir al bienestar social de los vascos en distintos puestos de responsabilidad. No hay derecho a que en el País vasco haya ciudadanos de primera que son los nacionalistas y ciudadanos de segunda. Me avergüenza -sentenció- venir de un lugar donde hay seres capaces de matar. Llevo 22 años intentando dar otra imagen del País Vasco".

El líder de la oposición municipal, Juan Ignacio Zoido, basó su intervención en la familia: "Este acto se lo debemos a sus hijos, que serán quienes no podrán hacer abuelos a sus padres teniendo hijos, y quienes no podrán ser llevados a su altar por su padre o por su madre el día de sus bodas".

La madre de Irene Villa, María Jesús González, pidió a todos que nunca abandonen a las víctimas: "Necesitamos vuestro apoyo en estos tiempos tan oscuros. Antes que vivir de rodillas, merece la pena enfrentarnos al terror con la dignidad por montera".

Una de las que más ovaciones se llevó fue la alcaldesa de Lizarza, Regina Otaola (PP), quien introdujo los primeros matices políticos al acto: "Hay que seguir luchando desde la palabra diaria sin desfallecer. Hemos retrocedido cuatro años en la lucha antiterrorista. Desde Lizarza vamos a seguir luchando, con María San Gil a la cabeza, porque se lo debemos a Alberto, a Ascen y a todas las víctimas del terrorismo".

La viuda de Fernando Múgica, María del Carmen de las Heras, también se definió como "española vasca", reconoció que tuvo que abandonar su tierra y arremetió contra Zapatero: "Ya no aguantaba más. La noticia del asesinato de Alberto y Ascen me produjo un estrés y una vergüenza ajena tremenda. El presidente del gobierno está atado al nacionalismo con tal de seguir en la Moncloa. Él es el principal causante de nuestros males. A las víctimas, a ninguna, se nos ha ocurrido tomarnos la justicia por nuestra mano. El presidente nos ha vendido, nos ha traicionado. Como viuda de socialista digo que Zapatero es la persona más indigna que ha gobernado el PSOE. Está cargado de odio por la muerte de su abuelo, es un soberbio y está rodeado de un gobierno de aduladores".

De las Heras dio a los hijos de Jiménez Becerril el mismo consejo que a sus hijos en su día: "No tengáis odio, porque el odio sólo daña al que lo tiene".

El presidente del PP, Javier Arenas, denunció que por "oportunismo político" se intente olvidar el dolor de las víctimas. "Todas las víctimas forman parte de la mejor memoria histórica de España".

El europarlamentario vasco del PP Carlos Iturgáiz estuvo especialmente contundente: "No tenemos que olvidar, no podemos olvidar y no queremos olvidar. Hoy más que nunca me siento especialmente orgullo de pertenecer al PP. Como decía Gregorio Ordóñez, lo único que hay que hablar con ETA es del color de los barrotes de la cárcel donde se tienen que pudrir". Y pidió para que la Virgen de Begoña y la Macarena "no permitan" que Zapatero vuelva ser elegido presidente.

José Antonio Ortega Lara se dirigió a los hijos: "Nunca nos hemos olvidado ni de vosotros ni de vuestros padres a pesar de las humillaciones que hemos sufrido del poder. Ni rencor, ni victimismo. Las víctimas hemos sido capaces de convertir nuestra desgracia en un valor positivo para la sociedad española". La hermana de Gregorio Ordóñez, Consuelo, se mostró muy crítica con su tierra natal: "No me siento orgullosa de ser vasca. Como pueblo, es despreciable. He probado a vivir en Valencia y es una maravilla".

La alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, ofreció el discurso más amable en una noche de emociones y duros reproches al gobierno. Narró varias anécdotas de la vida de Alberto que hicieron reír al auditorio. Agradeció a los concejales de IU, PA, PSOE y PP que estos días se han volcado recordando la figura del matrimonio asesinado. El presidente de la asociación de víctimas, Felipe Alcaraz, informó del mensaje de apoyo a las familias de Alberto y Ascen que ayer mismo recibió en su móvil procedente de la familia de Fernando Trapero, guardia civil recientemente asesinado.

María del Mar Blanco, hermana de Miguel Ángel Blanco, pidió perdón por no haber acudido a la manifestación contra el atentado de 1998: "Entonces no tenía fuerza". Y se dirigió a los sevillanos: "Sois la buena gente que quisieron destruiros, pero no lo han conseguido". Jaime Mayor Oreja, europarlamentario del PP, recordó que ETA estaba sedienta de venganza en 1998 por la liberación de Ortega Lara: "Este acto es un homenaje a la verdad, porque de todas las verdades la más importante es la de las víctimas. Y hoy vivimos una de las mentiras más sofisticadas", en alusión al gobierno de ZP y sus intentos de negociación con ETA.

Iñaki Ezquerra, presidente del Foro de Ermua, arremetió contra el gobierno por haber presentado al etarra De Juana como un "hombre de paz". Y continuó: "En España somos muy brutos y hemos necesitado ver llorar a las víctimas para decirle al gobierno desde la ciudadanía que no se puede negociar".

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