L Las demoras en los proyectos de envergadura

Más de veinte grandes proyectos de la ciudad acumulan retrasos

  • Monteseirín anuncia su despreocupación por los plazos a pesar de que el calendario de obras evidencia demoras más que notables en una serie de trabajos que resultan claves

El alcalde parece haber levantado el pie del acelerador a la hora de afrontar la ejecución de grandes y medianos proyectos vitales para el futuro de la ciudad. Monteseirín anuncia una nueva medida del tiempo al valorar el grado de ejecución de las obras: la década. Renuncia a realizar valoraciones desde perspectivas marcadas por la ansiedad, considera inaugurada una nueva etapa exenta de prisas y en la que los plazos ya no son importantes. El nuevo ideario del alcalde contrasta notablemente con la veintena larga de proyectos que siguen acumulando retrasos y con el rosario de promesas sobre una maraña de trámites para ejecutarlos y que al final nunca permiten ver la luz al final del túnel. Son proyectos que incumben a muy diversas áreas del gobierno de la ciudad. En algunos casos la demora no es achacable al cien por cien a la administración municipal, aunque no por ello está libre de responsabilidad, pues a un alcalde también le corresponde un papel negociador y reivindicativo para con los proyectos que interesan a su ciudad.

Si se cumple la promesa de que en septiembre sea inaugurada la línea 1, el Metro de Sevilla llegará entonces con un retraso de dos años y tres meses. Esta circunstancia también influye de forma negativa, obviamente, en el resto de las líneas programadas. Todo ello sin olvidar los sucesivos y contradictorios anuncios sobre si el proyecto se hará en superficie o soterrado. En una entrevista publicada ayer lunes por El Correo de Andalucía, Monteseirín asevera lo siguiente: "Será en superficie en los tramos en los que no interfiera en la vida de la ciudad".

El tranvía se inauguró el 28 de octubre, más de un mes después de lo anunciado, una demora que no es de especial gravedad. Sí lo es en cambio la indefinición que aún lastra un proyecto de transporte condicionado por la polémica desde el primer día, cuando no lo ha sido por las antiestéticas catenarias -retiradas ahora parcialmente gracias a la sustitución de los postes por farolas fernandinas de gran tamaño-, lo ha sido por las contradicciones de los responsables públicos sobre la ampliación del trazado y las posibilidades de hacerlo llegar hasta la Campana.

El proyecto de construcción de un acuario en el Muelle de las Delicias, que incluiría en la ciudad una de las atracciones con las que ya cuenta con éxito Valencia, acumula un retraso mínimo de dos años. La reurbanización de la Alfalfa -contemplada dentro del proyecto denominado La piel sensible- concluyó a finales de noviembre de 2007, dos meses más tarde de lo anunciado. La tercera fase, que comprende la plaza del Salvador, está varada a falta de la definición de las líneas de intervención en dicho espacio.

Desde que comenzó el segundo mandato de Monteseirín, en mayo de 2003, el gobierno ha anunciado la construcción de hasta 71 aparcamientos de residentes y en rotación, pero hasta el momento sólo ha entregado uno. La mayor parte de los incumplimientos se corresponden con los 67 estacionamientos subterráneos anunciados en el Plan Director 2005-2013, aprobado en el Pleno en diciembre de 2004. Únicamente se ha inaugurado el de José Laguillo. Y sólo hay dos en obras: el de Crucero Baleares, con gran polémica por las grietas provocadas en los bloques de vecinos, y el de la avenida de Coria.

El botellódromo duerme el sueño de los justos. Monteseirín anunció su creación para el primer mandato. El 5 de mayo de 2007, el entonces delegado de Medio Ambiente, Rafael Pineda, prometió que estaría dos o tres meses después del otoño. Ha llegado la primavera y nada se ha hecho. Como poco más se supo de la propuesta del alcalde de abrir una conexión ferroviaria entre Santa Justa y el aeropuerto de San Pablo, un anunció que realizó en octubre de 2005, o de su promesa de cubrir el auditorio de la Cartuja.

Las obras de la SE-40 han comenzado cinco años después de lo previsto. De la SE-35 se anunciaron las obras para finales de 2008, pero quedará fuera de esta primera fase el Paso Territorial Sur, una carretera estratégica por ser de ámbito metropolitano y descongestionar el tráfico del Puente del Quinto Centenario, uno de los puntos negros de la ronda de circunvalación SE-30.

La ampliación del Palacio de Congresos y Exposiciones (Fibes), fundamental para que la ciudad se consolide como una potencia en el turismo de negocios, es uno de los proyectos más retrasados. El pasado 14 de enero se puso la primera piedra de una iniciativa que arrancó en el año 2000. Ocho años de retraso, pues, para un proyecto que todavía no ha hecho más que echar a andar y sólo de forma oficial. El objetivo del gobierno es que el nuevo plenario, preparado para albergar a 5.000 personas, esté operativo en la primavera de 2010.

El proyecto del Muelle de Nueva York, consistente en el adecentamiento de la margen izquierda de la dársena, entre el Puente de San Telmo y el Puente de los Remedios, acumula ya un año de retraso.

La remodelación urbanística de la plaza de la Encarnación y de la Alameda de Hércules son otros dos proyectos marcados por la demora. En el primer caso, la obra sufre un retraso de dos años. En el segundo caso, las obras acumulan ya casi un año de retraso y siguen pendientes del mobiliario, las labores de jardinería, la iluminación y el remate de los quioscos.

La torre Cajasol debería estar en obras desde hace casi un año. El parque de Torreblanca sigue pendiente de una rehabilitación. Y nada se ha vuelto a decir de la reivindicación de los agentes por tener un parque de bomberos en el barrio de los Remedios.

El derribo del edificio del Equipo Quirúrgico, proyectado para levantar un nuevo inmueble también de uso sanitario, aún no ha comenzado. Tampoco hay dinero del Estado para atender una de las reivindicaciones del Comisionado para el Polígono Sur: el soterramiento que permita la conexión entre Bami y Tabladilla. Sigue pendiente el proyecto de adecuación del canal de Torreblanca, entre Sevilla Este y Alcosa. Y ha empezado hace un mes, con más de tres años de retraso, la creación del Jardín del Guadalquivir.

Hay una serie de edificios cuyo estado evidencia un retraso o, aún peor, una falta de pulso político para dotarlos de un uso: la antigua comisaría de la Gavidia sigue abandonada (nada se sabe aún de la construcción de las cinco nuevas comisarías en la ciudad tras el convenio con el Ministerio del Interior), como lo está la antigua escuela de Artes y Oficios de la calle Zaragoza. Otros edificios pendientes de rehabilitación para diversos usos son la antigua fábrica de Artillería, el mercado de la Puerta de la Carne o la antigua estación de San Bernardo. El traslado de la Feria al Charco de la Pava, anunciado por el gobierno, ha sido ya aplazado sine díe. Como está aún sin fecha de ejecución el de ampliación de la carrera oficial de Semana Santa, impulsado desde que el PSOE controla Fiestas Mayores.

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