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Sevilla

Una heladería donde estuvo el Bar Flor

  • Una franquicia de helados italianos ocupará el local de la Zapatería Nicolás en la Campana

Obras en el local que ocupará Heladería Amorino en la confluencia de San Eloy y O'Donnell con la Campana.

Obras en el local que ocupará Heladería Amorino en la confluencia de San Eloy y O'Donnell con la Campana. / juan carlos muñoz.

Nueva franquicia en la Campana. En menos de 15 días abrirá una heladería en el local que hasta hace poco ocupaba Calzados Nicolás. Se trata de un nuevo establecimiento de la cadena Amorino, especializada en helados italianos y que cuenta ya con varios negocios en Sevilla. Los operarios trabajan estos días para dejarlo todo a punto después del puente festivo de la Inmaculada. La intención de los nuevos inquilinos es aprovechar la próxima campaña de Navidad.

Una tienda de donuts, varias hamburgueserías, una cafetería estadounidense, un bar de montaditos y ahora, una heladería italiana. La metamorfosis de la Campana no para. El último comercio en marcharse fue Calzados Nicolás, que ocupaba el local número 2 de la calle O'Donnell, un lugar privilegiado, pues hace esquina con San Eloy y la propia Plaza de la Campana.

Este edificio se puso a la venta a principios de noviembre. Poco tiempo va a estar sin ocupar. Los nuevos propietarios se encargarán de gestionar una franquicia de la cadena Amorino. Se trata de una firma de helados italianos que ya posee varios establecimientos en Sevilla, en lugares, además, bastante turísticos como el situado en la Avenida de la Constitución (frente a la Catedral) o el de la Plaza Nueva. A ellos se añade el que posee en la planta gourmet de El Corte Inglés de la Plaza del Duque.

El inmueble de la Campana pertenece al Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Sevilla en su sector 8.3. Es de uso residencial unifamiliar, con planta baja comercial más tres sobre rasante. Tiene un nivel de protección parcial en grado 1, según consta en la ficha del catálogo del PGOU. Construido en el primer tercio del siglo XX, sigue un estilo ecléctico. No consta de mucha superficie, pero se encuentra situado en el pricipal eje comercial de la ciudad.

En este edificio estuvo en su día el Bar Flor, uno de los más populares de la ciudad. También lo ocupó, con anterioridad, el Nuevo Casino, que era conocido como La Fiambrera, un referente en los ambientes sociales de la Sevilla del siglo XIX. Estampas de una ciudad que ha ido perdiendo su idiosincrasia en uno de sus enclaves céntricos de mayor referencia. Donde antes estaba el Café París o la Cervecería Inglesa se han abierto establecimientos de comida rápida y en otros locales operan ahora franquicias de marcas internacionales que se pueden permitir pagar los altos alquileres o pagar el metro cuadrado de esta zona tan cara.

Un tipo de negocio que se expande a costa del comercio autóctono. En esta plaza sólo quedan dos: la Confitería La Campana y la administración de loterías, situada donde se instala el palquillo de la carrera oficial en Semana Santa. Un enclave que pierde sus señas de identidad para parecerse cada vez más a cualquier lugar del mundo.

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