Sevilla

La casa incendiada en Amate era un punto de venta de drogas

  • La Policía investiga si había un laboratorio casero para elaborar sustancias químicas 

Policías y vecinos en la calle Aguadulce la noche de los sucesos.

Policías y vecinos en la calle Aguadulce la noche de los sucesos. / Juan Carlos Muñoz

La calle Aguadulce es una estrecha vía de edificios bajos de Amate. No hay aceras ni asfalto en el suelo, que es de un adoquinado uniforme. Parece una calle de un pueblo de la Campiña. Más aún si algunos de los vecinos pasan el rato sentados a la puerta de sus casas, como se veía antiguamente en buena parte de la ciudad y ya sólo se observa en determinados barrios. Quienes permanecen sentados lo hacen a unos metros de un patrullero de la Policía Nacional que monta guardia junto al 61 A. La puerta de la vivienda está precintada con la cinta de la Policía, sobre la que algún agente ha pegado un folio en el que se lee, escrito a mano y con bolígrafo barato, la frase "Precintado por orden judicial". Los dos agentes, que están sentados dentro del coche, garantizan que nadie pueda entrar al edificio para destruir pruebas.

A unos metros, casi en la esquina de la avenida de los Gavilanes, varios reporteros de televisión interrogan, o tratan de hacerlo, a todo el que pasa. Muchos ni siquiera saben lo que ocurrió la noche anterior, pero obtienen así unos segundos de gloria. Lo que ocurrió lo sabe, o dice saberlo, una vecina que vio a dos jóvenes en llamas correr hacia un lado y otro de la calle, como si intentaran apagar el fuego con el movimiento.

Un patrullero custodia la entrada al edificio, precintado por orden judicial. Un patrullero custodia la entrada al edificio, precintado por orden judicial.

Un patrullero custodia la entrada al edificio, precintado por orden judicial. / M.G.

Eran las diez de la noche del lunes. "Estábamos cenando. Oímos varias explosiones. Por lo menos tres. Nos asomamos y enseguida vimos a dos chavales correr calle arriba y calle abajo después. Iban envueltos en llamas". Otro vecino confirma la versión de esta mujer. "Sí, serían las diez. También me pilló cenando". En la calle todos temían que algo así terminara ocurriendo. La Policía tiene constancia de que el inmueble incendiado era utilizado habitualmente como punto de venta de drogas. Ahora se investiga si había también en el interior un laboratorio clandestino en el que se fabricaban sustancias estupefacientes. Las explosiones que oyeron los vecinos fueron provocadas por unas botellas de gas con el que se recargan mecheros y encendedores, que podrían estar siendo utilizadas con otro propósito. Esto habría provocado que el fuego se expandiera.

La Policía Científica hizo este martes una inspección ocular de la vivienda y trabaja ya en la elaboración de un informe que explique cuál fue el origen del fuego, que por el momento se cree que fue accidental. En la vivienda había al menos cuatro personas en el momento del incendio. Las cuatro resultaron heridas. Todas ellas son jóvenes de entre 20 y 30 años. El servicio de emergencias sanitarias del 061 envió al lugar de los hechos una dotación compuesta por un Dispositivo de Cuidados Críticos y Urgencias (DCCU) y un equipo de soporte vital básico y un vehículo de apoyo.

Dos de los heridos fueron trasladados al Hospital Virgen del Rocío, donde ingresaron en estado crítico. Ambos seguían este martes hospitalizados y con pronóstico muy grave, debatiándose entre la vida y la muerte y con una importante superficie de sus cuerpos quemada. Están en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), siendo atendidos por los médicos de la especialidad de grandes quemados. Los otros dos heridos, uno en estado grave y el otro leve, fueron trasladados por el 061 al Hospital Macarena. Los Bomberos del Ayuntamiento de Sevilla apagaron las llamas la noche del lunes y estuvieron refrescando el inmueble durante varias horas. Hasta este martes no pudieron entrar los investigadores de la Policía para tratar de averiguar dónde estuvo el origen del fuego.

Los vecinos de la calle Aguadulce llevaban tiempo denunciando la existencia de este punto de venta de droga. Por esta estrecha vía transitaban a diario numerosos toxicómanos que iban a comprar a la vivienda. Incluso la Policía paraba a veces a algunos residentes, creyendo que podían tratarse de drogadictos que venían a comprar droga. Los investigadores que entraron este martes en la casa no hallaron, en principio, ningún resto de estupefacientes en la vivienda, aunque sí tienen constancia de que era un punto de venta habitual. Se investiga ahora si también se fabricaban de manera casera drogas químicas en este lugar.

Ninguno de los cuatro heridos se encuentra bajo custodia policial en los hospitales, ni tampoco ha sido detenida ninguna otra persona relacionada con este punto de venta de drogas.

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