Los invisibles. Feliciano Robles

"Los médicos me aconsejaron cambiar y vine a Sevilla con sueldo de Cataluña"

  • Su vida es una novela, pero prefiere contar las de los demás. Con muchos oficios en su palmarés, ahora se dedica a escribir las biografías de personas ilustres

Feliciano Robles, en la cafetería José Luis de la Plaza de Cuba.

Feliciano Robles, en la cafetería José Luis de la Plaza de Cuba. / juan carlos vázquez

Lleva ocho años escribiendo una biografía diaria. Ya va por 1.600 Personajes Ilustres, web de Feliciano Robles (El Torno, Cáceres, 1947). También le escribe su vida a su nieta. Palabras para Julia, como nuevo Goytisolo.

-¿Cómo empezó?

-Aquí están mis iniciadores, mis vecinos: Olivencia, Carrillo Salcedo, Clavero, Losada Villasante, Pedro Luis Serrera. No busco un perfil. Eduardo Saborido me reveló su visión de la cárcel y el exilio. Yo también fui sindicalista. Trabajé en la misma empresa que Marcelino Camacho, él en Madrid, yo en Barcelona. Fui el primer presidente del comité de empresa de Motor Ibérica elegido democráticamente.

-¿Biografías con fechas?

-Sólo pongo los años de nacimiento y muerte. El día no es relevante. Mis hijos, que son mis tutores, me dicen que no distraiga al lector más de la cuenta.

-¿Cómo llega a Sevilla?

-Primero, porque me casé en el Santo Ángel con una sevillana a la que conocí en unas vacaciones en Lloret de Mar. Segundo, porque en 1979 tuve una úlcera duodenal hemorrágica y los médicos en Barcelona me aconsejaron cambiar de lugar y de actividad. En 1980 me vine a mi destino en Sevilla, delegado regional de Nissan, con sueldo de Cataluña.

-¿Qué Sevilla se encontró?

-Muy triste, había mucho paro. En Cataluña había trabajo para todo el mundo. Aquí era delegado de camiones y tractores, visitaba muchos cortijos y veía a las mujeres quitando las malas hierbas de las cunetas.

-¿Cómo llega a Cataluña?

-Dejé el colegio para ayudar en el campo a mis padres. Una tía mía catalana, casada con un hermano de mi padre, vino al pueblo y vio la miseria en la que vivíamos. Yo tenía catorce años y me llevó a Cataluña para aprender un oficio. Llegué a Callús, cerca de Manresa, un pueblo con mil habitantes y tres fábricas textiles. En una empecé a trabajar. Lo primero que hicieron fue quitarme la pana de la ropa del pueblo.

-¿Sus hijos nacieron allí?

-Ninguno. Del mayor vino mi mujer a tenerlo en Sevilla. El segundo ya estábamos en Sevilla. Salimos del hospital y fuimos a votar cuando ganó Felipe.

-¿Su primera biografía?

-La del arquitecto Jaime López de Asiain. Lo conocí en una visita a las setas.

-¿A quién le encargaría la suya?

-Le estoy contando mi vida a mi nieta Julia por sus diez años, desde 1947 hasta ahora, con diez hechos relevantes de cada año. Lo último, cuando en la mili fui por primera vez al museo del Prado.

-¿Cuál fue su última empresa?

-El Ayuntamiento. Con el alcalde de entonces, Manuel del Valle, coincido en el gimnasio. Y con Manuel Chaves.

-¿Hizo sus biografías?

-Políticos tengo muy pocos.

-¿Sale de la ciudad?

-Seguí con aragoneses, extremeños, castellano-manchegos, asturianos. Hace tres o cuatro años hice la de Quini. Era de mi época. Tengo la de Clarín, un hijo, un nieto, mejor dicho, el marido de una nieta, y un bisnieto, que es mi abogado de referencia.

-¿La última entrada?

-La de Jesús Cruz Villalón. Un caso único, creo que en Europa, de cuatro hermanos ilustres.

-¿Hay ilustres catalanes?

-En los sitios bilingües se reduce a la mitad, busco al lector total.

-¿Y los futbolistas?

-Campeones del mundo o muy relevantes. Con Luis del Sol lo hice por carta, con Marcelo Campanal por teléfono.

-Se acerca el día de la Mujer...

-Tengo muchas. Científicas, juristas, pintoras. Del flamenco unas cuantas. Con la que más contacto tuve con Matilde Coral.

-¿En papel o en la red?

-Los estoy reeditando todos para un nuevo dominio. He reescrito a los Machado. Es curioso la de hermanos ilustres que se dan en Sevilla. Los Machado, los Gómez-Millán, los Álvarez-Quintero, Gonzalo y Joaquín Bilbao.

-¿Una ciudad ilustre?

-Una Universidad muy importante, pero alejada de los centros tecnológicos.

-Si le piden un personaje para una película, ¿cuál diría?

-Antonio Machado es mi ideal de personaje. Tengo debilidad por los docentes. En Baeza cogía el tren de carboncillo para ir a las tertulias de Madrid. Lo miraban con desdén y Ortega decía: este hombre tiene la ropa sucia pero el alma limpia.

-¿Qué quita de las biografías?

-No es una vida privada ni una hagiografía. No me interesa si es hermano de la Macarena, bético o está divorciado. Es una trayectoria ética y profesional.

-Es un género literario...

-Como lector, la biografía que más me ha impresionado es la del fundador de Apple, Steve Jobs.

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