El 34,15% de las mujeres víctimas de los malos tratos que fueron atendidas en los centros del Instituto Andaluz de la Mujer entre enero y septiembre del año pasado eran extranjeras. Este dato resulta especialmente revelador, ya que el porcentaje de población foránea en la provincia de Sevilla es tan sólo del 3,27%, con un censo de 61.339 habitantes sobre un total de 1.871.399, según los datos más recientes disponibles del padrón municipal facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Esto puede tener dos interpretaciones válidas y no necesariamente excluyentes. La primera es que la mujer extranjera tiene menos miedo a denunciar los malos tratos y acude con más frecuencia que la española a los recursos de la Administración contra esta lacra. La segunda es que el fenómeno de la violencia de género afecta de forma más frecuente o llega a estar casi aceptado en determinadas culturas, de ahí que el porcentaje de mujeres extranjeras que denuncian malos tratos en la provincia de Sevilla es diez veces superior al de población extranjera censada.

El número de extranjeros en la provincia de Sevilla sigue representando un porcentaje de población muy exiguo, a diferencia de lo que ocurre en otras provincias españolas. Esta es la causa del estancamiento de la población de Sevilla, que ya ha sido superada por Alicante como cuarta demarcación más poblada de España. Rumanía adelantó a Marruecos como principal país de origen de los inmigrantes en el año 2008. Le siguen varios países iberoamericanos, como Ecuador, Colombia, Bolivia o Argentina.