Las instalaciones de la nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) Ranilla -que fueron inauguradas el viernes por el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, el alcalde de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones, y el consejero delegado de la empresa metropolitana de aguas de Sevilla (Emasesa), Manuel Marchena- depurará el agua de 400.000 personas de la zona este y la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra y los vertidos de más de 4.000 empresas, como es el caso de Heineken.
En declaraciones a los medios, Gutiérrez Limones aclaró que se trata de la EDAR "más avanzada de España desde el punto de vista medioambiental", puesto que "el tratamiento terciario de los vertidos y aguas residuales es compatible con el entorno y el medioambiente". Esta nueva planta sustituye a la anterior de la Ranilla y la amplía en volumen hasta un total de 90.000 metros cúbicos, frente a los 50.000 que trataba anteriormente, "mejorando la calidad del agua para su posterior reutilización o vertido a cauce público en condiciones óptimas".
La nueva planta depuradora dispone de tratamiento terciario para un caudal neto de 15.000 metros cúbicos al día y tratamiento de afino para un caudal de agua producto de 2.000 metros cúbicos al día. Este tratamiento permite una mayor reducción de la contaminación de las aguas y su desinfección, y posibilita su reutilización para usos terciarios.
La inversión total de esta planta ascendió a 65 millones de euros -38 millones para su construcción y 27 para su explotación durante doce años-. Del mismo modo, gracias a la cogeneración -tratamiento del que a partir de los gases extraídos de los fangos se consigue energía- en un mes la planta comenzará a autoabastecerse energéticamente y en cinco años se prevé que la suficiencia energética sea total.
Por su parte, el consejero delegado de Emasesa, Manuel Marchena, recalcó que esta planta supone para Andalucía "estar a la vanguardia de la depuración", dado que "la calidad del tratamiento del agua está adaptada al cien por cien a las directivas europeas". De igual modo, destacó que desde el punto de vista urbanístico, el hecho de que la planta esté cubierta garantiza "un tratamiento inodoro e insonoro".
Según adelantó Marchena, en el Consejo de Administración de Emasesa, que tuvo lugar después de la visita, tratarían la posibilidad de establecer un acuerdo entre Endesa y Emasesa que "permita convertir la zona de la depuradora del Copero en un parque ambiental de generación de energía", así como presentar y resolver el balance de cuentas de la empresa de 2008. Del mismo modo, se estudiaría el estado del recurso del agua y la situación actual de los embalses.
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