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Sevilla

Los nuevos nichos para evadir impuestos

  • Los trabajos en domicilio y los hospedajes son varios de los sectores más dañados por la economía sumergida

El fraude total de la economía sumergida en Sevilla resulta de complicado cálculo. A los datos de la Seguridad Social hay que sumar los de la Agencia Tributaria, especializada en perseguir la evasión de impuestos. En este ámbito no se trabaja por provincias, sino por actividades concretas. Uno de los objetivos que se marcó hace algunos años este departamento -dependiente del Ministerio de Hacienda- fue adaptarse a la realidad productiva del país para impedir que surgieran nuevos nichos de mercado negro en aquellas áreas económicas incipientes.

En estos años uno de los ámbitos donde más ha aflorado la economía sumergida ha sido el hotelero. En una ciudad como Sevilla, donde el sector -que ha logrado sobrevivir a las embestidas de la crisis- se ha convertido en pilar fundamental del desarrollo económico local, muchos ciudadanos han visto en el hospedaje una oportunidad de negocio, lo que ha multiplicado el fraude. Un estudio presentado en fechas recientes por la asociación de hoteleros de la ciudad hispalense alertaba de que el 40% de las camas que se ofertan son ilegales. El cómputo de éstas asciende a las 19.000. Hace unos años el gerente de esta entidad, Santiago Padilla, refería a Diario de Sevilla que el derrumbe inmobiliario había dejado muchos pisos sin salida en el mercado o con dificultad de pagarlos, por lo que sus propietarios optan por alquilarlos como hoteles y con precios que los negocios reglados no pueden fijar, al tener que pagar licencias e impuestos. Hay portales digitales donde se ofertan alojamientos de 20 euros por noche.

La subida del IVA al tipo máximo (21%) en las peluquerías durante el primer Gobierno de Rajoy también provocó que el fraude entrara de lleno en esta actividad. Se multiplicaron los negocios ilegales en viviendas particulares y se dispararon quienes desempeñaban esta profesión a domicilio. La economía sumergida ha llegado a acaparar casi el 30% del sector. En un porcentaje muy cercano se han movido las empresas instaladoras, bastante afectadas por el desplome del ladrillo. Un 25% del dinero que se mueve en este sector es negro, según apuntó Epyme, asociación provincial que representa a estas compañías.

Los talleres también se han visto afectados por el repunte de la economía sumergida, que ha llegado a crecer una media de un 25% por año, lo que ha provocado que en los negocios con licencia el volumen de trabajo se haya reducido hasta un 35%.

Para luchar contra el fraude, Hacienda intensificó las inspecciones contra los billetes de alta denominación, de ahí que desde finales de 2012 se prohibiera el uso de dinero efectivo en operaciones de más de 2.500 euros, por lo que han de liquidarse con cheques, transferencias o tarjetas. También se ha dado un impulso a las inspecciones en las profesiones liberales para controlar que se presenten facturas por los servicios que prestan.

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