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Era el objetivo de Atocha, 55

  • Compromiso. El Ayuntamiento de Coria rinde homenaje con una exposición y un libro de Memorias a Joaquín Navarro, que era al que buscaban los autores de la matanza de Atocha

En el Ayuntamiento, un resumen de su larga vida, desde que Joaquín Navarro, hijo de Manuel y de Belén, nació en Coria del Río el 5 de septiembre de 1932. Enfrente, en la sala Martínez de León, un resumen de la que pudo ser su muerte. Los autores de la matanza de Atocha a quien buscaban en el despacho de abogados laboralistas de Atocha, 55, era a este coriano. "El de las pecas, andaluz", parece que preguntó uno de los matones cuando le abrió la puerta Luis Javier Benavides, una de las víctimas mortales del quíntuple crimen del 24 de enero de 1977.

"No me pillaron por cinco minutos". A Joaquín Navarro se le saltaron las lágrimas cuando vio a algunos de aquellos abogados en la portada del diario Ya. Pasó las manos por el rotativo, como acariciándolos, en una exposición organizada por Comisiones Obreras y precedida de una frase de Paul Eluard: "Si el eco de su voz se debilita, pereceremos".

A sus 85 años, Joaquín Navarro no quiere que se le debilite su voz. Ayer asistió en su villa natal a la presentación del libro Memorias de Joaquín Navarro. Aprendiendo de los trabajadores, con la edición de Alberto Gómez Roda. Una vida apasionante. "Cosas verdaderas y muy peligrosas".

Con 28 años se fue de Coria a Francia. Los años que nunca cumplieron Luis Javier Benavides, Serafín Holgado -"era el estudiante, lo vi en el hospital completamente descerebrado, no debí entrar"- ni Ángel Rodríguez Leal, el administrativo que volvió al despacho para recoger su ejemplar de Mundo Obrero. La nómina de fallecidos la completaban Francisco Javier Sauquillo y Enrique Vandelvira.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le entregó la Medalla al Mérito en el Trabajo, junto con Pau Gasol, María Teresa Campos o Pedro Iturralde. En un acto de justicia poética, quien en sus tiempos de sindicalista fue despedido de una de las empresas en las que trabajó por Gerardo Díaz Ferrán, hoy en la cárcel, compartió la Medalla al Mérito en el Trabajo con la CEOE.

Joaquín Navarro fue recibido ayer con todos los honores. Llegó por donde la calle Cervantes pasa a llamarse Plaza de María José Suárez -la coriana que fue Miss España-, acompañado de Michou, su esposa, nacida en Toulouse, hija de españoles refugiados políticos. Viven en Valencia, en una casa que se llama Coria donde ondean las banderas andaluza y republicana.

Lo recibieron alcaldes de tres periodos: Juan Manuel Tejada, de la primera legislatura; Tomás Alfaro, que rigió los destinos del municipio en el cambio de milenio; y el actual, Modesto González Márquez. Junto a la presentación del libro, estaba prevista la proyección de la película Siete días de enero, la matanza de Atocha llevada al cine por Juan Antonio Bardem.

Lo convenció Nicolás Sartorius para la película, en la que hace de sí mismo, del objetivo número uno de la ultraderecha atrincherada en el sindicato vertical que quería darle un escarmiento al cerebro de la huelga de transportes que puso Madrid patas arriba y había sido desconvocada dos días antes. Navarro acompañó a Bardem cuando la película se presentó en el festival de cine de Moscú. El entonces embajador español en la Unión Soviética, Juan Antonio Samaranch, le pidió que escribiera en el libro de visitas. "Mire usted, que yo no sé escribir", le dijo. Y ha escrito el libro de su vida. El actor comparte una portada con Brigitte Bardot en la revista Primera Plana con este titular: "Iban a por mí".

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