La sociedad suiza que actúa de intermediaria de Primark ha gestionado una prórroga de seis meses para el comienzo de la obra de reforma del edificio de la antigua sede del Banco de Andalucía, sita en la calle Fernández y González, a la vera de la Avenida de la Constitución. Batex S. A. ha obtenido el permiso correspondiente por parte de la comisión ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo, ante la que ha alegado cuestiones de carácter técnico para solicitar la demora en el comienzo de los trabajos. Ni fuentes del Ayuntamiento, ni de la empresa han querido realizar más precisiones sobre el motivo que ha llevado a pedir la ampliación del plazo previsto para el comienzo de la reforma. La licencia de obra fue concedida el pasado diciembre y notificada a la empresa el 23 de enero.

Primark es una cadena irlandesa especializada en ropa y complementos a precios bajos. Esta gran firma es la única que se ha interesado por el momento en explotar comercialmente un edificio que aún sigue siendo propiedad del Banco Popular, tal como confirmaron este lunes a este periódico fuentes vinculadas con la operación. La entidad suiza sería la compradora del inmueble y lo arrendaría a la firma comercial.

El proyecto presentado ante la Gerencia contempla el acondicionamiento como tienda de las plantas baja, primera, segunda y parte de la tercera; la planta ático quedará como oficinas internas y el resto del edificio, incluida la planta sótano, se destina a almacén e instalaciones. El arquitecto responsable del proyecto es Mario Ronquillo Montero. La tramitación de la licencia facilita la operación de venta del inmueble, valorada en torno a los 30 millones de euros, aunque no es una garantía de que cuaje la operación. Primark se instalaría en el edificio como entidad arrendataria si la empresa suiza adquiere finalmente el edificio. El deseo de la firma irlandesa por tener una tienda en Sevilla en un lugar preferente del centro histórico es notorio desde hace años. Primark ya se interesó por la posibilidad de asentarse en el antiguo cuartel de la Policía en la Plaza de la Gavidia, pero el futuro de este inmueble sigue siendo más que incierto, a pesar de que el gobierno de PSOE e IU quiso desbloquear en los últimos meses de mandato su situación desde el punto de vista urbanístico. El intento resultó un fracaso. Y el antiguo cuartel sigue hoy degradándose y en un lamentable estado de conservación. El actual gobierno local pretende reactivar la operación, pero sus planes de recalificación parecen toparse con la Junta.

El Banco Popular desalojó hace casi un año las últimas plantas que usaba como oficina en este edificio. La central de la entidad funciona a pleno rendimiento en el inmueble con el que cuenta en la confluencia de la Avenida de la Constitución con la calle García Vinuesa. Esta enajenación, de hecho, se incluye en los planes de la entidad por deshacerse de inmuebles al disponer en la actualidad de una estructura duplicada como consecuencia de la fusión entre ambos bancos y, por supuesto, con el objetivo de ganar liquidez en tiempos de crisis económica.

El edificio objeto de la operación cuenta con 7.044 metros cuadrados sobre rasante distribuidos en sótano, planta baja, entreplanta y seis plantas en altura. La superficie total construida es de 8.146 metros cuadrados. En el sótano, de 1.112 metros cuadrados, dispone ya de capacidad para hasta siete plazas de aparcamiento con opciones para habilitar más, siempre y cuando se desmonten las cámaras acorazadas del banco y otras infraestructuras de seguridad propias del negocio bancario. La entreplanta es de 1.024 metros cuadrados; la primera planta, de 981; las cinco primeras plantas en altura, de 778 cada una, y la sexta de 694.