El edil del Distrito Casco Antiguo, Francisco Manuel Silva (IU), aseguró que la remozada Alameda de Hércules podrá estar a plena disposición de la ciudadanía en un plazo de tres meses, si bien abogó por llevar a cabo las obras con cautela, "porque no queremos que las prisas generen un incordio".

En una entrevista concedida a Europa Press, Silva hizo suyas las palabras del portavoz de IU, Antonio Rodrigo Torrijos, al aseverar que "la Alameda se acabará cuando se acabe". Y es que se quiere evitar que un proyecto urbanístico como éste, que pretende "construir ciudad" y ha sido "muy consensuado", "acabe generando una insatisfacción" por acortar plazos. Se da la circunstancia de que, el viernes, grupos de vecinos colocaron por su cuenta los bancos para sentarse, al considerar que las obras duran demasiado.

El también edil de Juventud y Deportes destacó el proceso participativo, con especial presencia de colectivos como La Alameda que te gusta, que ha llevado a la actual configuración de este histórico espacio. Aseguró que "sería terrible y muy irresponsable malograr toda esa intención de consenso y trabajo que han llevado a que la Alameda sea un lugar vivo incluso antes de que se inaugure".

"Queremos hacerlo bien porque no queremos dejar a nadie fuera y por ello estamos intentando darle el mejor remate posible", puntualizó, y también se refirió al compás de espera que los hosteleros de la zona mantienen sobre la configuración del mapa de veladores, que podría resolverse con una reunión convocada para después de Semana Santa. En este sentido, el edil recordó que existe un acuerdo por el cual "se limitan las posibilidades de colocar veladores estableciendo que estos estarán pegados y orientados a las fachadas de los locales". Ello dejaría el pasillo central expedito para el tránsito peatonal, a excepción de los dos quioscos centrales que cuentan con concesión administrativa.

Por último, Silva también se pronunció sobre la aplicación de la Ley antibotellón en la Alameda, recalcando que la regulación sobre los locales y sus horas de cierre es "muy estricta", con el fin de no generar "presión social" al respecto. La situación ha mejorado mucho en la zona, expuso.