EL ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea. Es el preámbulo del dogma de la Inmaculada Concepción. Ayer fue su día, el día de uno de los hitos más potentes de la iconografía pictórica sevillana. Rafael Buzón Gallardo trabajaba en la construcción y entró en el Museo de Bellas Artes en agosto de 1982. El año del tercer centenario de la muerte de Bartolomé Esteban Murillo, que terminó sus días trabajando en la construcción: murió al caerse de un andamio mientras pintaba. El tercer centenario de su nacimiento, en 1917, fue más convulso, coincidió con la revolución rusa.

El siglo XVII fue el esplendor de las Inmaculadas. Por ese siglo transcurren las vidas de los autores de las tres Inmaculadas -no son las únicas de la pinacoteca sevillana- que presiden esta página. Murillo (1617-1682), Valdés Leal (1622-1690) y Cornelio Schut (1629-1685). Los dos primeros, sevillanos de cuna. El tercero, un belga de Amberes que se formó en Sevilla, donde murió.

Las Inmaculadas de Murillo siguen siendo visita obligada en el Museo de Bellas Artes, que abrió sus puertas al público en 1841para exhibir las obras de conventos y monasterios desamortizados un año antes. Está la llamada La Colosal, que preside un grupo pictórico de ocho cuadros. El padre alecciona a sus hijas sobre la magnitud del peso que recae sobre las santas Justa y Rufina, que sujetan con sus manos la Giralda. El Museo tiene también de Murillo una Inmaculada con el Padre Eterno y otro llamada La Niña en los catálogos y La Nena por parte de alguno de los empleados del museo.

La Inmaculada de Valdés Leal está rodeada de una legión de niños. La de Cornelio Schut es sobria. Un siglo más tarde, Domingo Martínez, autor de la serie de los Carros -carrusel mitológico con el Agua, el Aire, el Parnaso...- aporta una obra titulada Apoteosis de la Inmaculada.

Están en la colección permanente. El Museo acoge una muestra de Gonzalo Bilbao que inicia un cuadro presidido por Alfonso XIII. El primer rey retratado en los fondos de Bellas Artes es Jaime I el Conquistador, pintado por Alonso Vázquez despidiéndose de San Pedro Nolasco. Los monarcas más ubicuos son los Reyes Católicos: Antonio Susillo los sitúa en Barcelona en la presentación de Colón en el Salón de Tinell y Eduardo Cano los inmortaliza recibiendo a los cautivos cristianos en la conquista de Málaga.

Turistas, colegios, vecinos. No hay perfil del Museo. Entra Fernando Soto con su esposa. Ex diputado comunista en el Congreso, fue con Acosta y Saborido uno de los tres sevillanos del proceso 1001. Los detuvieron en un convento y entre ellos había un cura, el padre Francisco García Salve.