Sevilla

La pista de La Algaba

  • El policía jubilado Ricardo Morente insiste en que Miguel Carcaño se pudo confundir de carretera y cree que es ahora cuando dice la verdad

Ricardo Morente habla con pasión de su trabajo. Estuvo más de 42 años en la Policía, buena parte de ellos en el Grupo de Homicidios de Sevilla. Allí participó en todas las investigaciones criminales importantes hasta su jubilación en septiembre del año 2012. Por ejemplo, sospechó antes que nadie de Juan Luis Roa, el triple asesino de comerciantes, el único criminal en serie que ha actuado en Sevilla, al menos en la historia reciente; detuvo a Farruquito por el atropello mortal del Polígono de San Pablo; hizo derrumbarse a Antonio Gordillo Sala, el asesino de la norteamericana Laura Cerna Baird, que escribió su confesión y el lugar al que arrojó los trozos del cadáver en un papel durante el registro de su casa, o consiguió probar la autoría de la violación y el asesinato de una anciana en Dos Hermanas, después de recorrerse media ciudad hasta que encontró una medalla que le faltaba a la víctima y que el asesino había vendido al dueño de un bar.

Pero el caso con el que se coronó fue el de Almonaster la Real (Huelva). Morente, oficial de Policía, estaba a punto de jubilarse cuando se hizo cargo de la investigación de las desapariciones de una mujer y su hijo, cuya ausencia se remontaba a 18 años atrás. El caso había llegado al Grupo de Homicidios por una circular de la Dirección General con los asesinatos que estaban cerca de prescribir. Morente siguió al principal sospechoso y terminó encontrando los cadáveres en un pozo de una finca que éste tenía en Almonaster la Real. El sospechoso huyó pero acabó siendo detenido en Toulouse.

Morente se jubiló con el asesino en prisión y la Policía le sigue escatimando la medalla al mérito policial con distintivo rojo, que sin embargo suele otorgar a cada uno de los comisarios que han pasado por puestos de relevancia. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) volverá a pedir al nuevo jefe superior en Andalucía Occidental, José Antonio de la Rosa, que tramite la máxima condecoración para este agente por la investigación del doble crimen de Almonaster.

"Parece que aquel caso me lo envió Dios, de lo redondo que salió. En ningún momento, ni cuando el asesino huyó, me puse nervioso. Sabía que lo terminaríamos deteniendo", dijo ayer Morente a este periódico, que lo entrevistó en la estación de Santa Justa, donde despidió a la periodista y escritora Chus Sánchez, que está preparando un libro sobre su vida y ha pasado una semana en Sevilla entrevistando al policía y visitando con él algunos de los escenarios de sus investigaciones, como la finca de Almonaster. "Es un policía que entró en el cuerpo en los tiempos de Franco, fue gris y ha visto cómo la delincuencia ha ido evolucionando desde timadores y estafadores de poca monta hasta las organizaciones criminales que hay hoy en día", explicó la periodista.

En los últimos años de su carrera, Morente también trabajó en el caso Marta del Castillo. No llevó en ningún momento la investigación, pero sí estuvo la mañana del 25 de enero de 2009, el día después de la desaparición de la joven, en la calle León XIII. Su grupo, el de Homicidios, estaba aquel fin de semana de guardia de incidencias. Preguntó a una vecina que le dijo que su hijo se había cruzado con Carcaño volviendo con una silla de ruedas. "Eran aproximadamente las dos menos veinte de la mañana. Lo sabe con certeza porque ella veía todos los sábados una serie que echaban en la antigua Veo TV y que empezaba a esa hora. Creo que a esa hora sacaron el cuerpo en la silla de ruedas y lo llevaron hasta el coche".

La investigación recayó en el Grupo de Menores, entre otros motivos porque una vecina de Marta del Castillo aseguraba que la había visto viva y se había cruzado con ella en el portal. Cuando se jubiló, Morente decidió iniciar una investigación por su cuenta, basándose en la información que había obtenido de aquellos primeros días y en las informaciones que la prensa fue publicando después. Cree que el asesino, Miguel Carcaño, dice la verdad en esta última versión, en la que acusa a su hermano de matar a Marta. "Pienso que hasta ahora había estado encubriendo a su hermano. Ahora ya no tiene nada que perder y lleva ya ocho años en la cárcel. Y además mantiene esa versión delante del padre", expuso, en referencia al encuentro mantenido el viernes entre Carcaño y Antonio del Castillo en la prisión de Herrera de la Mancha. Lo que no ve factible es que el cuerpo se haya cambiado de sitio después.

Si esta es la versión buena, ¿por qué no se encontró el cuerpo en la finca Majaloba? Morente cree que Carcaño se equivocó de carretera. "Él dice que iba en la moto detrás del coche en el que su hermano llevaba el cuerpo. Hacía frío y llovía. Él iría encogido en la moto y sin fijarse en el camino, sólo en los pilotos del vehículo. La carretera de la Rinconada, en la que está Majaloba, y la de La Algaba, que es paralela, son prácticamente iguales". La investigación llevó a Morente hasta una zona por la que transcurre una tubería que procede de la mina de cobre de Gerena y vierte en la depuradora de San Jerónimo. "No cuesta nada mirar ahí. Se ha mirado en muchos sitios, pero aquello no se ha revisado. En uno o dos días saldríamos de dudas con una simple excavadora".

Por el momento, la Policía ha rechazado buscar en este terreno. Le dedicó más atención a un informe hecho por el periodista Nacho Abad y por el geofísico Luis Avial, que derivó en la última búsqueda, de nuevo sin éxito, en el río.

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