Cada policía que era enviado a cubrir un transporte especial cobraba 24 euros por servicio. Los cabecillas de la trama utilizaban facturas y cheques para llevar "una contabilidad paralela" a la del Ayuntamiento, según explica el atestado del grupo especial de la Policía que ha investigado este asunto. En las facturas se utilizan conceptos como "gratificación escolta" más el nombre de una calle o de la empresa que solicitara el servicio para pagar a los agentes que han colaborado con la trama de cobro irregular de tasas. También aparecen conceptos como "permiso acceso", que se cobraban a las empresas de transporte de mercancías especiales para que se les cortara la calle al tráfico. Ninguno de los documentos muestra que los policías que cobraban el canon de transportes especiales ingresaran luego el importe en el Ayuntamiento de Sevilla. Sin embargo, a partir de octubre del año 2009, cuando ya había sido detenido el policía que dio origen a la investigación, comenzaron a justificarse esos ingresos de forma fidedigna.

Entre los policías de la unidad de Motoristas era muy comentada la preferencia de un determinado mando por multar en cuatro zonas del centro. Las declaraciones de los agentes de esta unidad ante el grupo especial de la Policía que investigó el presunto cohecho revelaron que uno de los mandos imputados solía ordenar con frecuencia a sus subordinados que denunciaran continuamente la presencia de vehículos en doble fila o mal estacionados en los siguientes puntos: Marqués de Paradas, concretamente en la puerta de un restaurante de esta calle; los alrededores de la gasolinera de Torneo; la plaza de Jerónimo de Córdoba, antiguo Rialto, a la entrada de un hotel; y la puerta de un colegio próximo a la plaza de la Encarnación. La explicación oficial era que la calle tenía que estar despejada para el paso de autobuses, cuando la mayoría de los autobuses circulan por la otra parte de la Plaza Jerónimo de Córdoba. Algunos de estos policías fueron enviados a multar a los coches en doble fila en Marqués de Paradas a las dos de la madrugada de un día de Feria, cuando no afectaban al tráfico.

De la base de datos de la Jefatura de la Policía Local desaparecieron 1.161 registros informáticos. En esta base de datos, ubicada en los ordenadores de la unidad de Tráfico, se reflejan a diario las autorizaciones de cortes de calles y otros servicios similares. La investigación también desveló la manipulación de los turnos y horarios de determinados policías para poder dar cobertura a los trabajos irregulares.