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La presa de Melonares dará de beber a Sevilla en 2014 tras siete años de espera

  • El agua del pantano bajará mezclada con agua de riego del Pintado por 30 kilómetros del Canal del Viar y, a mitad de su recorrido, un depósito con compuertas separará el agua de abastecimiento por una tubería nueva.

La obra de las conducciones de Melonares que retoma a finales de este mes de julio la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), con una inversión superior a los 41 millones de euros, permitirá que los sevillanos puedan beber el agua del pantano en el año 2014, según calculan los técnicos. Para entonces habrán pasado siete años desde que el embalse acabó de construirse en diciembre de 2007. No podía usarse al carecer de las canalizaciones para trasladar el agua hasta la población.

La interminable pelea de las administraciones públicas sobre cómo construirlas y a quién correspondía pagar esas conducciones ha provocado esta larga espera. Al final, la ayuda europea cubre el 80% del coste y el resto de la inversión lo aporta la CHG .

La solución final es que el agua del pantano de Melonares baje hasta Sevilla por el canal de riego del Viar a lo largo de 30 kilómetros, la mitad de su recorrido total. El requisito europeo de evitar que un gramo de Melonares se use para el riego se cumplirá con medios técnicos que revisará Europa. Al llegar a los 30 kilómetros se separa el volumen de agua previsto para beber gracias a un depósito de cabecera regulado con compuertas.

La obra del canal del Viar consiste en recrecer su estructura 65 centímetros a lo alto y reforzarla para que pueda transportar en la cubeta las aguas del Pintado y de Melonares (ver detalle en infografía). Las paredes del canal se refuerzan con hormigón proyectado y armado para eliminar las roturas y deficiencias. La obra se completa construyendo 12 pasos para vehículos sobre el canal y 24 pasarelas peatonales, cubriendo el canal con placas en 3 kilómetros para preservar la calidad del agua y añadiendo un vallado perimetral a ambos lados del canal del Viar.

Al llegar al final del canal las aguas del Pintado y Melonares entran en un depósito de cabecera de 12.000 metros cúbicos y con compuertas Taintor que sueltan más volumen para el abastecimiento a Sevilla que para el riego. Las compuertas conducen el agua de beber a una tubería de nueva construcción de 1,5 metros de diámetro a lo largo de 13,6 kilómetros. El agua de riego se desvía al canal del Viar.

El tercer tramo es la tubería existente de Emasesa de San Ignacio del Viar, con una longitud de 16,6 kilómetros que impulsa el agua hasta el Carambolo. En total son 60 kilómetros de trayecto desde la presa hasta el sistema de abastecimiento de Emasesa

Después de los dos años de obra que dura el recrecimiento del Viar y la construcción de la nueva tubería, llega la explotación del embalse. En una entrevista a este periódico, fuentes de la Confederación Hidrográfica aseguran que al tener la titularidad del pantano también lo gestionará este organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. La empresa municipal y metropolitana Emasesa recibirá el agua para el abastecimiento a cambio de pagar un canon de explotación anual por cada hectómetro cúbico (hm3) utilizado, como paga también por usar los de Aracena y Zufre. La Confederación todavía no ha fijado el precio de ese canon. Los pantanos de La Minilla y el Gergal son del Ayuntamiento al construirlos Emasesa.

Los técnicos de la Confederación barajan que la incorporación de Melonares permitirá cubrir "al menos para dos décadas" el abastecimiento los 1,2 millones de habitantes de los 38 municipios beneficiados. El cálculo se estima con las aportaciones de agua normales. Melonares tiene una capacidad de 185 hm3, pero sólo puede destinar para beber 34 hm3 al año (más otros 4 para el río) para guardar en caso de sequía. El resto de embalses que abastecen a Sevilla aportan 120 hm3. La suma de todos será pues de 154 hm3 al año.

Las medidas de ahorro obligadas por la sequía y por UE para financiar el pantano lograron reducir el consumo en cantidad similar al agua que aportará Melonares. El consumo actual está en algo más de 120 hm3, lejos de los 170 hm3 que se consumían antes de la Exposición de 1992. Por eso hay quien cuestiona la necesidad de Melonares. La Confederación defiende que es necesario para reforzar la garantía de abastecimiento.

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