Tres grupos de poblaciones conforman los principales objetivos a los que se dirigen las campañas de prevención y tratatamiento antidrogas que desarrolla la Junta de Andalucía: jóvenes, mujeres y aquellas personas que reciben metadona. Este último grupo está conformado por mayores de 40 años que siguen teniendo problemas con la droga, una adicción que les ha llevado a la exclusión social y que, en muchos casos, se ha convertido en un problema familiar.

Para este grupo se habilitan centros de encuentro y acogida donde, en palabras de Fernando Arenas, "pueden sentirse insertados". "Al menos, se ha conseguido que un 15% de ellos inicien un proceso de tratamiento", añade este especialista.

Díaz destaca también el cambio que se ha producido en los planes para combatir la drogadicción desde la Administración autonómica. "Al principio estábamos a la expectativa, con centros para acoger a personas que sufren ya una adicción", recuerda. En el actual plan, esta actitud se ha vuelto "proactiva", en alusión a la prevención que se hace para evitar dicha dependencia.

En esta línea hay que incluir las distintas campañas que se ponen en marcha en los centros educativos, pues la enseñanza se vuelve esencial para alejar a los jóvenes de las drogas. De esta forma, en los centros de Infantil y Primaria se desarrolla el programa Creciendo en salud, en el que, entre otros cometidos, a los niños se les ayuda a aumentar su autoestima y se les explica cómo abordar el fenómeno de las TIC "en beneficioso propio".

El programa para los institutos se denomina Forma joven y consiste en asesorías sobre adicciones, relaciones sexuales, accidentes de tráfico, salud mental y alimentación. Éste último lo han recibido en el presente curso 265.992 alumnos de 752 centros y fue impartido por 21.308 profesores.