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Sevilla

Los radares de Torneo y Kansas City llevan más de un año averiados

  • Los sistemas que llegaron a detectar más de 2.000 infracciones de tráfico diarias no funcionan y están a la espera de reparación · En su primera fase ambos sistemas lograron reducir la velocidad media

Los dos únicos radares de control de velocidad que existen en Sevilla capital están averiados desde hace más de un año. Estos dos equipos están ubicados en la prolongación de la calle Torneo y en la avenida de Kansas City y cuentan con una cámara fotográfica capaz de captar la matrícula que del coche que circule a una velocidad superior a la permitida (50 kilómetros por hora) o se salte el semáforo junto al que están colocados ambos dispositivos. Sin embargo, los radares llevan más de un año sin detectar una sola infracción porque están averiados y no han sido reparados desde hace más de un año.

El Ayuntamiento instaló ambos equipos hace aproximadamente tres años. En un primer momento los radares funcionaron perfectamente y llegaron a detectar hasta 2.000 infracciones diarias, según informó en agosto de 2005 el entonces concejal de Gobernación y ahora responsable de Movilidad en el Ayuntamiento de Sevilla, Francisco Fernández. En los primeros seis meses de prueba se redujo en un 25 por ciento la velocidad media y un 17 por ciento el número de conductores que se saltaban el disco en rojo, si bien las multas no llegaron realmente a tramitarse.

El éxito de esta primera fase fue tal que el Consistorio anunció que instalaría otras 40 cámaras de vigilancia similares a éstas en las principales avenidas de la ciudad. La cámara captaba el coche y la matrícula y la fotografía era enviada por correo certificado al domicilio del propietario del coche junto con la correspondiente multa, cuya cuantía por exceso de velocidad dependía en qué medida se hubiera sobrepasado el límite de lo permitido.

En los casos más extremos las sanciones podían alcanzar los 1.500 euros, que sería la multa para aquellos conductores que además de cometer la infracción fueran sorprendidos hablando por el móvil.

Tres años después de aquello no funcionan las cámaras ni tampoco se sabe nada de aquel proyecto de instalar equipos similares en los puntos más conflictivos para el tráfico en la capital andaluza. No sólo no se ha colocado ni una sola de las 40 cámaras prometidas por el gobierno local sino que tampoco se han arreglado las dos ya existentes desde que dejaran de poner multas.

Esta aparente dejadez por arreglar los radares de tráfico se suma a la decena larga de medidas prometidas por el Ayuntamiento para mejorar el problema del tráfico rodado que se han quedado en el olvido. Destacan aquí el plan de tolerancia cero contra la doble fila, la construcción de más de sesenta aparcamientos públicos, la instalación de diecisiete grúas en distintos lugares de Sevilla para retirar de forma rápida los vehículos que obstaculizaban el tráfico, la ampliación de la unidad especializada en el tráfico de la Policía Local y la compra del llamado coche ponemultas, que actualmente está en funcionamiento pero que ha pasado la mayor parte de su trayectoria averiado.

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