Recuperar el sentido cristiano de la Navidad. En su última carta pastoral, el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, hace un llamamiento para revertir la secularización que invade en los últimos tiempos la celebración de la Navidad y llama a los católicos a otorgar a Jesucristo el lugar central que debe ocupar. Asenjo es directo al advertir que "también este año serán muchos los interesados en vaciar de contenido religioso estos días santos, convirtiéndolos en las vacaciones blancas, en la celebración del solsticio de invierno y, en todo caso, en las fiestas del consumismo y el derroche".

Entre los ejemplos de esa secularización de la Navidad, a la que ya aludió también el año pasado refiriéndose al alumbrado de las calles, el prelado hispalense lamenta la sustitución del nacimiento por el árbol de navidad, o de los Reyes Magos por Papá Noel, "elementos sin referencias religiosas". Tampoco se escapa de la reflexión del arzobispo la conversión de las tradicionales tarjetas navideñas en "felicitaciones laicas portadoras de vaporosos deseos de paz y de felicidad inconsistente, porque se olvida al verdadero protagonista de la Navidad, Jesucristo, Príncipe de la paz y punto de partida de nuestra alegría en estos días".

El "despojamiento del sentido religioso de la Navidad" también se reflejaría en el lenguaje. Asenjo critica la sustitución de la expresión Felices Pascuas, "de tanta riqueza espiritual, porque con ella aludimos al meollo de la Navidad", por Felices Fiestas, "circunloquio que busca en definitiva evitar reconocer que el corazón de la Navidad es nuestro encuentro con el Señor que nace para nuestra salvación".

Por último, el arzobispo anima a vivir la Navidad con "hondura, autenticidad y verdad", al tiempo que llama a huir "del derroche y del consumismo que solapan el misterio y son una afrenta para los miles y miles de hermanos nuestros que están sufriendo las consecuencias pavorosas de la crisis económica y el paro". Asenjo también apoya gestos como compartir la Navidad desde el balcón y exhorta a todos a poner el belén con los más pequeños, iniciar los encuentros con una oración y participar en la Misa del Gallo.