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Tráfico Polémica en el parking del Paseo de Colón

130 residentes sin aparcamiento

  • Los vecinos afectados por el cierre de la tercera planta del subterráneo del Paseo de Colón denuncian que el Ayuntamiento no ha previsto que los que viven en el centro tengan un lugar donde dejar el coche

Más de 130 vecinos del centro se quedarán sin abono de aparcamiento en el parking subterráneo del Paseo de Colón desde el próximo viernes 1 de febrero y están dispuestos a patalear todo lo que puedan para evitarlo. Las historias particulares de una quincena de ellos, con los que se reunió este periódico, son la punta del iceberg de un problema grave para el que Ayuntamiento carece de soluciones inmediatas: la dramática falta de espacio de los coches de los residentes del centro de Sevilla, pese a que sus calles peatonales se extienden como una mancha de aceite imparable.

Juan María del Pino y Juan Antonio López de Haro, dos de los afectados, reclaman que dos de las cuatro plantas (unas 200 plazas) sigan siendo de alquiler para el barrio, al menos los días laborables, opina López de Haro. Del Pino, además, se pregunta cómo es posible que el Consistorio permita que ningún aparcamiento público de los alrededores del Paseo de Colón -Arjona, Plaza de Armas, Mercado del Arenal, Rioja y Albareda- disponga de plazas para residentes a día de hoy.

"Es un contrasentido hacer instalaciones para los que vienen de fuera mientras los residentes no tenemos donde guardar el coche", se queja otra vecina que prefiere no dar su nombre.

Los residentes consideran que un aparcamiento público debe servir al bien común y "el bien común no es que Sando gane el máximo dinero porque el Paseo de Colón es un lugar público". Las hermanas Ana y Cristina López de Haro aseguran que, sin un lugar donde dejar el coche, más de 130 vecinos empeorarán el tráfico del centro dando vueltas buscando un sitio y se quejan de que "los que vivimos en el centro seamos ciudadanos de segunda para el Ayuntamiento; estamos pidiendo un derecho social para los vecinos".

Para Julio Paneque, otro afectado, "vivir en el centro está muy castigado y perseguido por este Ayuntamiento" y añade que "el Infierno debe ser algo muy parecido".

La polémica ha surgido porque Sando, la empresa que tiene la concesión administrativa del parking por 75 años, va a convertir una de las dos plantas de abonados (adquiridos por residentes en su mayoría desde 2003) para uso rotatorio. Así pues, de las cuatro plantas sólo una quedará para el barrio (100 plazas), pero únicamente podrán alquilarla los que sean socios integrantes de la asociación de vecinos Torre del Oro que preside Antonio Fernández. Una condición insólita para una instalación pública. Los afectados critican también que hay otras 40 plazas en la misma planta para abonos cuyo reparto se reserva Sando al margen de los vecinos.

En el futuro, el gobierno local quiere convertir para residentes todas las plazas rotatorias del centro, pero a ese plan le quedan años, de expropiación o de esperar al fin de las concesiones, si es que se cumple. Con el nuevo plan general urbanístico (PGOU) y con el plan metropolitano de transportes la situación cambiará, pero habrá que esperar varios años para verlo. De momento, los afectados se reúnen el día 10 para decidir sus medidas de protesta: si cortan la entrada del parking los fines de semana, si bloquean las calles del centro con sus coches o si acudirán a los tribunales.

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