Bernardino Mingorance carecía de antecedentes policiales hasta junio pasado, cuando fue detenido por la Policía acusado del robo de motocicletas y por tenencia ilícita de armas, dado que en un registro le fueron intervenidas varias escopetas y pistolas.

El arresto de Bernardino Mingorance, natural de Barcelona y vecino del Polígono de San Pablo, se produjo el 27 de junio y, un día después, tras ser puesto a disposición judicial, quedó en libertad, aunque imputado por delitos de robo con fuerza y tenencia ilícita de armas. Tras su arresto, la Policía llegó incluso a facilitar -el 7 de julio- un comunicado a la prensa, en la que daba cuenta de esta detención del individuo, como presunto autor de numerosos robos de motocicletas que fueron halladas en una parcela de su propiedad, ubicada en la localidad de Carmona.

En el registro de la parcela, la Policía encontró cuatro ciclomotores, cinco motocicletas, varias bicicletas, distintas piezas de motores y accesorios de motoristas. Además, le fueron intervenidas seis escopetas de caza -cuatro de ellas con los cañones montados en paralelo y dos superpuestos-, un rifle del calibre 22 milímetros y una pistola del calibre 6.35, así como dos escopetas más de aire comprimido y cinco machetes de monte. Los agentes intervinieron asimismo más de un millar de cartuchos. En concreto, Bernardino Mingorance almacenaba 28 cajas de cartuchos de caza y otros 600 cartuchos de munición de otras armas y con distintos calibres -9 milímetros parabellum, 6.35, 22 y 38-. El joven carecía de las correspondientes licencias de las armas aprehendidas.

La investigación que permitió su detención la llevó a cabo la Comisaría de Nervión, a raíz de las numerosas denuncias presentadas entre mayo y junio por las personas que habían sufrido los robos de los vehículos, que estaban estacionados en la vía pública. La Policía también contactó con un vecino de San Pablo al que le robaron varias motos y efectos del taller mecánico que regenta. Según la Policía, Bernardino Mingorance accedió al taller utilizando una llave falsa, y conocía al propietario, hasta el punto de que entre ambos había una "cierta confianza". Los agentes sometieron entonces a vigilancia al sospechoso y controlaron sus actividades, lo que permitió a la postre su arresto y la localización de las motocicletas sustraídas.