DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

calle rioja

La sede más colchonera de España

  • Afición. Desde que Amigo Vallejo llegó a Sevilla desde Tánger en 1982, la diócesis lleva 32 años regida por pastores del Atlético de Madrid, equipo del que es incondicional Asenjo.

DESDE que Carlos Amigo Vallejo llegó como nuevo arzobispo de Sevilla aquel día de junio de 1982 en el que Inglaterra y Alemania empataron sin goles en el Mundial de España, la diócesis hispalense lleva 32 años gobernada pos pastores colchoneros. El Atlético de Madrid es el equipo de Amigo Vallejo, vallisoletano de Medina de Rioseco, y de su sucesor, Juan José Asenjo Pelegrina, natural de Sigüenza (Guadalajara). Hasta Lisboa, que tuvo un rey que fue cardenal y aspiraba a ser Papa, habrán llegado sus oraciones para que la balanza se incline del lado rojiblanco. Amigo y Asenjo comparten el credo balompédico de Sabina y Torrente. Para que digan que la Iglesia es la aliada del régimen, de acuerdo con ese discutible lugar común que la leyenda urbana le asigna al Real Madrid.

Dominio colchonero en la Iglesia de Sevilla a lo largo de más de tres décadas, tres papas y siete presidentes de la Conferencia Episcopal, aunque Rouco Varela y Ricardo Blázquez repitieron mandato en dos ocasiones, amén de las presidencias de Gabino Díaz Merchán, Ángel Suquía y Elías Yanes. Uno no sabe si Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid y rey Midas del cine español, conoce este dato, que pone a Florentino Pérez en las puertas del mismísimo infierno. Quizás por eso se vio obligado a fichar a Cristiano Ronaldo.

Hubo un breve periodo de esplendor colchonero en Sevilla cuando coincidieron primero Amigo y después Asenjo en el Palacio Arzobispal y José Antonio Griñán en la presidencia de la Junta. El socialista también profesa ese credo balompédico, como el actual consejero de Cultura y Turismo, Luciano Alonso. Pese a ese predominio del río Manzanares a orillas del Guadalquivir, no hay camisetas del Madrid o el Atlético en las tiendas próximas a Matacanónigos. La palabra Madrid sigue produciendo cierta urticaria en la opinión pública de la ciudad y más con esta resonancia en duplicado que traerá el máximo galardón del fútbol europeo a Madrid, a Cibeles o a Neptuno, que va a llevar a Antonio Burgos a reeditar su Libelo contra Madrid.

Amigo Vallejo sustituyó en la diócesis a José María Bueno Monreal. El aragonés debió vivir una primavera muy feliz aquel año de 1964. Tres semanas después de la coronación canónica de la Macarena, Marcelino, delantero centro del Zaragoza, el equipo de sus amores, le marcó a Yashin, portero de la Unión Soviética, el gol que le daba a España la Eurocopa de ese año. "Era muy del Zaragoza", recuerda José Enrique Ayarra, organista de la Catedral de Sevilla, que hace 53 años se vino desde Jaca con Bueno Monreal. "Él fue mi obispo en Jaca y yo su monaguillo. Le tenía mucha simpatía al Betis por su amistad con Benito Villamarín, que una vez lo acompañó en su coche hasta Barcelona y le pagó el billete de avión para que el cardenal pudiera ir a Roma a ver al Papa", recuerda este canónigo jacetano cuyo primer destino en Andalucía fue el de párroco en Ubrique. Fútbol modesto.

Ayarra es del Athletic de Bilbao, equipo que hace dos años perdió dos finales, una de Copa contra el Barça, otra de la Liga Europa contra el Atlético de Simeone. La competición que ha ganado el Sevilla en Turín. Cuenta Ayarra que Bueno Monreal se sabía de memoria la delantera de los Cinco Magníficos del Zaragoza y recuerda una bonita relación con el otro integrante de ese quinteto que junto a Marcelino disputó el partido contra la URSS. "Cuando ya estaba enfermo, yo me lo llevaba en coche a Jaca los veranos, y una semana estaba en mi casa. Íbamos de visita pastoral a los pueblos de la diócesis donde fue obispo. A Benasque, Panticosa, Ordesa, la parte Este del Pirineo aragonés. Y siempre íbamos a dormir a Sallent de Gállego, a un gran hotel del que era gerente Carlos Lapetra. Bueno Monreal se pasaba horas y horas hablando de fútbol".

Ni Federico Pérez Estudillo en su momento ni el padre Ángel Sarmiento han conseguido que en la Iglesia de Sevilla gobierne un sevillista o un bético. Problema de cantera. Ahora se cumplen 150 años de la consagración sacerdotal del cardenal Spínola, nacido en San Fernando, párroco de San Lorenzo. El último pastor andaluz que tuvo la diócesis. Por sus anteriores destinos, Carlos Amigo simpatizaría con el España de Tánger; Asenjo, con el Toledo y el Córdoba. Su fe colchonera tendrá todas las bendiciones del Papa de Roma, el más futbolero de los que han pasado por el Vaticano, hincha del San Lorenzo de Almagro y compatriota de Diego Pablo Simeone, el hombre del año. Ancelotti jugó en el Milan de Berlusconi, el diablo en persona.

Asenjo tiene apellido de guardameta que jugó en el Atlético y ahora está en el Villarreal. Dos equipos de Madrid en Lisboa y un obispo auxiliar de Madridejos, Toledo, con equipo en Tercera.

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