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La segunda fuga del asesino de Bujalance

Rafael Hidalgo Castro, el Rafi, fue el delincuente más buscado de la provincia de Córdoba después de que cometiera presuntamente el crimen de Bujalance. El Rafi cumplía condena por robos con fuerza en la prisión de Córdoba, de la que se escapó en 2006 aprovechando un permiso de ocho horas para visitar a su madre. Permaneció fugado hasta el 28 de noviembre de 2008, tres semanas después de que matara presuntamente a José Reyes González en Bujalance. El crimen generó una serie de enfrentamientos en el pueblo, en el que llegó a ser incendiada la casa del padre del Rafi.

Natural de Córdoba, este delincuente cometió todos sus delitos en esta provincia. Desde que se fugó hasta que fue detenido, la Guardia Civil le imputa la autoría de más de 25 delitos, la mayoría de ellos robos. La detención del Rafi en Andújar el 28 de noviembre de 2008 fue una aventura. La Guardia Civil dispuso un espectacular operativo cuando tuvo conocimiento de que Rafael Hidalgo se había refugiado días antes de la operación en un piso de la conflictiva barriada iliturgitana conocida como Sector Almería. El instituto armado movilizó a medio centenar de agentes de Córdoba, Sevilla y Andújar. Agentes del Grupo Rural de Seguridad de Sevilla y de la Policía Judicial de la Comandancia de Córdoba entraron por sorpresa pasadas las 22:00 en el piso donde se había refugiado el prófugo. Dado el carácter violento y peligroso de éste, tuvieron que usar gases lacrimógenos antes de derribar la puerta de la vivienda.

El arresto se produjo en medio de una gran confusión porque, aparte del Rafi, vivían en el piso otras cinco personas, de las que otras dos fueron arrestadas y las tres restantes, familiares de este joven delincuente, fueron puestas en libertad. Cuando entraron en el piso, según informaron a este diario fuentes de la operación, la nube de humo impedía reconocer a los residentes en la casa, circunstancia que fue aprovechada por Rafael Hidalgo para esconderse debajo de una mesa camilla buscando una vía de escape a la situación. En su poder se hallaron un revólver del calibre 22, con el que pudo cometerse el crimen de Bujalance, y una escopeta de caza.

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