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Sevilla

Un subidón de adrenalina para encarar la precampaña

  • Todos hicieron lo posible por esconder sus divisiones

¿un presidente del Gobierno en una reunión de militantes de los barrios? Con apoyo expreso o sin él al líder municipal, que el mismísimo Rajoy, también presidente del partido a nivel nacional, baje hasta Sevilla para clausurar una sencilla reunión de los distritos del PP fue todo un subidón para los militantes y dirigentes del PP.

Se notaba entusiasmo en el ambiente, y que el partido necesitaba un revulsivo. Todos hicieron lo posible por esconder sus diferencias y divisiones, que las hay, como en todos los partidos. Por eso Javier Arenas, que ha apostado claramente por Beltrán Pérez, llamó a los 800 asistentes a "estar más unidos que nunca" para recuperar la Alcaldía sevillana en uno de los vídeos que precedieron a las intervenciones.

Zoido fue el centro de todas las miradas. Se le veía apartado y hasta incómodo

El objetivo de cargar las pilas de los presentes de cara a la precampaña electoral se consiguió con creces. Las arengas de los líderes provocaron encendidos aplausos de los asistentes e incluso los gritos de "¡alcalde, alcalde!" dirigidos a Beltrán Pérez por parte de los cachorros de Nuevas Generaciones, donde él mismo nació y se curtió un día. Había regalos para los asistentes: una agenda y una chapa con el lema #SevillaObjetivo2019.

Juan Ignacio Zoido, ex alcalde y actual ministro del Interior, fue el centro de todas las miradas cuando apareció con la comitiva de Rajoy. Pasaban varios minutos de las doce de la mañana. Se le veía apartado del núcleo duro de Beltrán Pérez que acompañaba a Rajoy mientras entraban en la enorme sala del hotel NH Collection. Y hasta incómodo en sus gestos. Pero luego disimularon y ambos se sentaron juntos en compañía de Javier Arenas y en primera fila, como Rajoy y los demás. El presidente tenía al lado a Virginia Pérez, dirigente provincial, que compartió momentos de aparente complicidad y de risas con el líder nacional. La ministra Fátima Báñez se colocó una sonrisa de oreja a oreja y así estuvo todo el tiempo, sin que relajara por un momento la expresión. Una hora y media sonriendo ya es complicado.

Beltrán Pérez se ocupó de darle cariño a todos, sobre todo a Zoido durante todo el acto de clausura. Le dedicó elogios ("mi amigo, mi alcalde, mi referente"), le apretó el brazo en ocasiones (como cuando Juan Manuel Moreno reconoció la gesta de lograr una victoria con 20 concejales) y hasta le puso la mano en el hombro mientras conversaban con Javier Arenas. La política tiene esas cosas.

En cuestión de atuendo, no hubo ni una corbata. Todos muy campechanos y cercanos. Arenas el que más, con un sencillo jersey de lana muy campero. Los demás líderes, con chaqueta abotonada o, si acaso, con cremallera (el caso de Zoido). El concejal Rafael Belmonte se encontró haciendo de presentador principal del acto, en virtud a su cargo de director de la convención de distritos. No se había visto en otra ocasión tan importante. Estaba pletórico.

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