Dentro de diez años Sevilla contará con máspoblación que dependa para su supervivencia de los habitantes que se encuentren en edad laboral. Se trata de los menores de 16 años y aquellos que superen los 65, cuya tasa se incrementará casi un 7% respecto a la de este año.

Así lo recoge la proyección demográfica del INE, según la cual actualmente hay 343.683 sevillanos de entre 0 y 15 años, un segmento poblacional que crecerá un 3,22% en la próxima década hasta situarse en los 354.748. Sin embargo, el aumento más significativo se registrará en la población de edad más avanzada. Los mayores de 65 años pasarán de ser 279.600 a 337.519, lo que significa un incremento del 20,71%.

Estos porcentajes contrastan con el que se prevé para la población en edad laboral, la comprendida entre los 16 y 64 años. Actualmente esta franja está compuesta por 1.264.183 sevillanos, una cantidad que se verá reducida en casi 31.000 habitantes, o lo que es lo mismo, una disminución del 2,45%.

Esta caída no es más que una consecuencia de la fuga de población hacia otros puntos de España y países ante la escasas perspectivas de futuro que le depara la provincia. Los sevillanos que se marchan son los que están en edad de trabajar y no encuentran un empleo en esta tierra o no consiguen una inserción laboral acorde con su formación. Ejemplo claro de esta situación es la fuga de cerebros que se está produciendo entre universitarios, quienes, una vez obtentida la titulación, deciden irse a vivir al extranjero para conseguir el empleo para el que han estado años estudiando.

La situación ya es más preocupante si se compara la disminución de dicha población con el crecimiento que registrará la que logra mantenerse gracias a la que trabaja (ya sea por ser ingresos familiares o a través de las pensiones). Este problema se concreta en las tasas de dependencia que muestra la estadística. Este año, en la provincia, los menores de 16 años representan el 27,2% de sus habitantes. Dentro de una década supondrá un 28,8%, es decir, 1,6 puntos más. En cuanto a los mayores de 64 años, en 2012 son el 22,1% de la población, porcentaje que experimentará un alza hasta llegar al 27,4%. En total, la tasa de dependencia pasará de ser del 49,3% al 56,1%, casi siete puntos más frente a una población activa que disminuye en esta década.

Esta situación se origina cuando el sistema de pensiones está siendo cuestionado al verse afectado por la crisis, que ha reducido bastante el número de trabajadores que cotizan a la Seguridad Social.