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Casco histórico

La transformación de la Encarnación origina la apertura de ocho nuevos negocios en un año

  • Ocho comercios nuevos han abierto sus puertas en el último año, siete en Regina y uno en Puente y Pellón, atraídos por el proyecto urbanístico de remodelación de la Encarnación. El retraso de dos años en las obras preocupa a estos empresarios.

as obras de regeneración de la Encarnación están propiciando el renacimiento comercial de las calles peatonales del entorno más cercano a la plaza y al solar, sobre todo Regina y Puente y Pellón. Atraídos por el proyecto de las setas de Jürgen Mayer, sólo en el último año han abierto sus puertas ocho nuevos establecimientos comerciales: siete en Regina y otro más en Puente y Pellón.

Las dos, junto con José Gestoso, tuvieron antaño su época de esplendor mientras funcionó el primer mercado de la Encarnación, pero a partir de su demolición en 1973 entraron en un declive que parecía imparable hasta que comenzaron las obras del proyecto Metropol Parasol.

La transformación más evidente es la de Regina, la vía que conecta con San Juan de la Palma y Feria. Los siete empresarios que se han instalado siguen la misma línea: regentados por gente joven, con estética contemporánea y originalidad en sus productos. En esta lista se incluyen una tienda de ropa fashion (Beto y Claudina), de trajes de flamenca exclusivos (Pepa Ocaña), de decoración, bisutería y aguas internacionales (Reinas), otra de bisutería de piedras (Taranta), un sex shop, un bar (La Cacharrería) y hasta una escuela de idiomas.

El atractivo más sustancial de Regina, según los empresarios consultados por este periódico, son los buenos precios de alquiler que aún conserva en comparación con las cantidades que se piden en el entorno de Tetuán y Sierpes. Por un local de 70 metros cuadrados se pagan 1.200 euros en la actualidad; es decir, unos 17 euros por metro cuadrado, una cantidad baja en comparación con los 72 euros de O’Donnell y los 125 euros de Tetuán/Velázquez. Estos ventajosos precios de Regina, sumado a la superficie moderada de sus locales, atraen a empresarios jóvenes y aleja por completo la posibilidad de que las grandes cadenas se interesen por la zona, ya que las firmas internacionales suelen además necesitar edificios enteros.

Lo malo es que el alquiler subirá por las nubes en diciembre de 2009, si es que se cumple el nuevo plazo de inauguración de la plaza de la Encarnación anunciado esta semana por el alcalde y que supondrá renovar toda la zona con un moderno mercado de abastos, locales comerciales, un museo para los restos arqueológicos y un mirador-restaurante. Para entonces la Encarnación será un gran espacio unitario coronado por los hongos de madera, y pasarán a la Historia los más de 30 años de abandono constante que ha sufrido esta zona urbana. 

Carlos Calzada, presidente de los comerciantes de Regina y dueño de la tienda Botellas & Latas,   certifica el cambio de los precios del alquiler antes y después de que arrancaran las obras de remodelación. Él llegó a calle cuando el solar del mercado aún acogía un aparcamiento en superficie y asegura que entonces el alquiler costaba 300 euros menos que ahora. 

Prácticamente a todos los comerciantes de la calle le ha caído como un jarro de agua fría el anuncio oficial de que la obra de la Encarnación se retrasa dos años. Temen que una demora tan prolongada tenga efectos negativos en sus negocios. Los nuevos dicen que se veía venir a juzgar por la lentitud con que avanzaban los trabajos. “Nos puede influir negativamente que la Encarnación no se abra en plazo; en la asociación lo deseamos para activar esta zona”, relata Mari Trini Valenzuela, dueña de trajes de flamenca Pepa Ocaña. Más pesimista se muestra José María García, propietario de dos tiendas de cortinas con décadas de historia: “Hasta que no se abra la Encarnación, esto es la ruina”, afirma con irritación más que evidente. María, dueña del bar La Cacharrería, está muy lejos de desesperarse: “No importa el retraso porque esto se va a regenerar”, dice con plena seguridad. El mismo optimismo que comparte el italiano Nico, de la tienda Taranta: “No me parece tan mal dos años de retraso”.

Regina está compuesta por más de 40 locales, de los cuales unos nueve están cerrados y tres en obras. El tramo estrecho es el que tiene más vida. Aglutina la mayoría de los comercios (unos 27) y es también donde se han asentado los nuevos emprendedores y donde hay más locales en obras. La famosa tienda de decoración Madroño (Abelardo & Patricio) se está liquidando para dar paso a otro negocio de decoración que llevará en solitario uno de los socios.

La zona ancha de Regina agrupa a comercios tradicionales (cestería, zapatos, muebles), un tercio de los cuales están cerrados al formar parte de dos grandes edificios sin uso. La mayoría están regentados por empresarios a punto de jubilarse. Buena parte de la parálisis de la parte más cercana al mercado provisional se debe al caos de contenedores de basura y de aparcamientos que reina sin control, según denuncian los empresarios. 

El portavoz de los comerciantes, Carlos Calzada, recuerda que Regina ha sido históricamente la calle más comercial del centro de Sevilla, junto con Puente y Pellón y José Gestoso, hasta que empezó a decaer con la aparición de la Campana y El Corte Inglés. Abría también los fines de semana y era famosa por sus tiendas de zapatos (Manuel Orozco, la más conocida), textil, mercería, cacharrería, y tahona de pan. Dicen que fue la primera que tuvo un establecimiento de tatuaje de Sevilla.

La asociación de comerciantes teme que el Ayuntamiento quiera cerrar el acceso al centro sin tener antes las infraestructuras necesarias para que los clientes puedan acceder con facilidad. Su portavoz dice que los clientes de fuera siguen comprando en los negocios pese a la dificultad para aparcar por la calidad y exclusividad de los productos que ofrecen.

El cambio de la calle Puente y Pellón está siendo más lento, probablemente porque su etapa de declive no fue tan acentuada como en el caso de Regina. En el tramo más cercano a la Encarnación de esta vía que comunica con la Plaza del Pan, el negocio más reciente que ha abierto en el último año ha sido, hace tres meses (octubre 2007), la multinacional de zapatos Bata. Manuel Martín regenta esta tienda y expresa también su preocupación por los dos años de más que tendrán que esperar para ver la nueva Encarnación. “El retraso es una barbaridad y ocasionará un perjuicio a todos los inversores que se están viniendo a la zona al amparo de los parasoles”, asegura Martín. Adolfo Domínguez fue otro de esos inversores que llegó a la calle en 2006.

Del entorno de la Encarnación, la única calle peatonal que aún no ha cambiado sustancialmente es José Gestoso, que mantiene sus negocios tradicionales de electricidad, sastrería, textil, especias (Chisvert), plásticos y zapaterías, entre otros.

El proyecto de las setas diseñadas por el arquitecto alemán ha generado expectativas de negocio entre  de los comerciantes de los alrededores del solar y la plaza. Ahora sólo queda que la reurbanización cumpla con las necesidades de la zona y termine definitivamente de revitalizarla.

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