La apertura del nuevo auditorio de Fibes hace ya medio año no se ha notado aún de forma significativa en el aeropuerto de Sevilla pese a tratarse del mayor centro de congresos de España con capacidad para 3.500 asistentes. Según su director, el ingeniero Eugenio Pérez Luengo, "aún es pronto para cuantificar el impacto de la ampliación de Fibes en el tráfico del aeropuerto", aseguró esta semana en declaraciones a este periódico.

El turismo de congresos, en general, representa alrededor del 6% de la cifra anual de pasajeros que llegan y salen de San Pablo. Si nos atenemos a los 4,28 millones de pasajeros con que cerró el año pasado, eso supone que la cifra de turistas de congresos ronda al año los 257.000 si contamos el total de personas que salen y entran o bien 128.600 si calculamos este porcentaje sólo de los pasajeros que llegan a Sevilla.

Pérez Luengo explica que ese dato se obtiene a través de una serie de encuestas que realizan y en las que preguntan a los pasajeros por el motivo que les ha llevado a viajar en avión. "Esas encuestas se hacen con una periodicidad anual, de modo que no se puede conocer el impacto de la actividad del nuevo auditorio de Fibes en nuestras estadísticas de tráfico hasta que no tengamos la nueva oleada".

A la espera de esa encuesta anual, las administraciones e instituciones implicadas en la promoción turística de Sevilla tienen esperanzas en que el nuevo Fibes supondrá un tirón para el aeropuerto, tocado por la caída de casi 672.000 viajeros en 2012.

Respecto a la previsión de viajeros para este año 2013 y a la pregunta de si se espera otro descenso del 13,5%, el director deja claro que si sigue la crisis se repetirán los resultados negativos. "Con una coyuntura tan cambiante como la que estamos viviendo es arriesgado hacer previsiones de ese tipo. Desde luego, si la crisis sigue afectando de manera tan significativa al mercado nacional, los registros de 2013 para el aeropuerto no serán positivos". Y agregó que la crisis influye porque "no hay que perder de vista que casi siete de cada diez pasajeros que se mueven por este aeropuerto lo hacen con origen o destino en territorio español".

Sobre el método de la administración andaluza, cuya Consejería de Turismo evalúa los aeropuertos con los pasajeros que llegan, sin tener en cuenta la suma de los que aterrizan y despegan, Pérez Luengo prefiere no entrar en polémica, y afirma que "es cuestión de criterio". "Para nosotros, a nivel estadístico, son pasajeros tanto los que despegan como los que aterrizan en el aeropuerto de Sevilla, y prácticamente se reparten al 50% unos y otros".

Las nuevas conexiones internacionales con Sevilla para San Pablo a corto o medio plazo ya se han conocido esta semana con el anuncio de la temporada de verano. En comparación con la programación estival de 2012, se incorporan cuatro destinos: Menorca, Santiago de Compostela, Lyon y Ginebra.

Sobre este punto, el director del aeropuerto opina que los esfuerzos están dando sus frutos. "La captación de nuevas conexiones lleva aparejado un importante esfuerzo, más aún teniendo en cuenta la coyuntura económica en la que nos movemos. Hay que mantener muchos contactos y muchas conversaciones con compañías aéreas hasta conseguir que cuajen los proyectos".

Pérez Luengo destaca el valor del trabajo que se está haciendo desde Impulso Destino Sevilla (IDS) "no sólo el aeropuerto, sino también el Ayuntamiento de Sevilla, la Diputación, la Cámara de Comercio, Fibes y los hosteleros. La reciente puesta en marcha de la ruta con Ginebra es un ejemplo de lo bien que está funcionando la unión de esfuerzos entre Aena Aeropuertos y las instituciones locales encargadas de la promoción turística y de negocios de Sevilla".

La actividad empresarial en el aeropuerto es importante. Con la apertura de los últimos locales comerciales y de restauración abiertos, San Pablo genera actividad actualmente para más de 100 de empresas y alrededor de 2.400 empleos.

En cuanto a proyectos paralizados, como el apeadero del AVE proyectado para acabar con el monopolio del taxi, el director prefiere mantenerse al margen y no valora si lo ve posible ni si tiene noticias de que el Ministerio de Fomento u otra administración retomará este proyecto.