Satisfacción, aunque moderada, es la palabra más repetida entre los hosteleros y los hoteleros tras hacer el primer balance de la Feria de Abril. Las cifras son mejores que el año pasado y se confirma que fue acertado dejar quince días entre la Semana Santa y la Feria, a pesar de que ésta se tuviera que celebrar íntegramente en el mes de mayo, para exprimir más al turismo, principal industria de Sevilla en la actualidad. Los datos de ocupación hotelera, con una media del 85% y picos del 90%, le han dado la razón al Ayuntamiento. Los hosteleros también hablan de leve mejoría. Por contra, la oposición huye de tanto optimismo y habla de "falso triunfalismo", apuntando a una menor afluencia del público al real, algo evidente en las horas centrales del día, que se podría haber traducido en un menor consumo. 

La ocupación media de los hoteles sevillanos durante los días de Feria fue del 85%, cuatro puntos más que el año pasado. Según los datos facilitados por la Asociación de Hoteles de Sevilla y Provincia, el pasado viernes fue el día en el que los establecimientos registraron más reservas: un 90%, aunque las cifras son muy similares el resto de las jornadas. El Lunes del Alumbrado fue el día más flojo con un 77% de las camas vendidas. Los hoteles de tres estrellas, más económicos, fueron los que más ocupación registraron: un 88% de media. A continuación se situaron los de cuatro, con un 85%, y los de cinco, con un 83%. Unos datos que califican como satisfactorios. 

Por su parte, los hosteleros también se han mostrado satisfechos por cómo ha transcurrido la Feria. "Ha estado un pelín por encima de la del año pasado. Estamos muy satisfechos porque no sólo es la Feria. La Semana Santa también fue muy buena. Las dos fiestas han sido de buen tiempo, y el puente de mayo también fue estupendo. Se podría decir que se ha producido un cambio de tendencia desde principios de año", explicó Pedro Sánchez-Cuerda, presidente de los hosteleros sevillanos, quien corroboró el acierto de la fecha. 

Sí se ha confirmado en esta Feria un cambio de hábitos entre los sevillanos que en años anteriores se había achacado a la incidencia de la crisis y este año, además, podría haber aumentado por el intenso calor. "Ha habido un aumento de las ventas por las noches y han disminuido al mediodía. En los primeros años de la crisis lo achacábamos a que el sevillano iba ya comido a la Feria. Este año el calor también ha influido", resume Sánchez-Cuerda. 

Las cifras de viajeros de Tussam también revelan que la Feria fue la mejor de los últimos cinco años. Durante la semana de Feria Tussam trasladó al real en las líneas que prestan servicio en el conjunto de la ciudad, incluida la lanzadera Prado-Feria, a 770.031 viajeros, un 6,4% más que el año pasado. A esta cifra hay que añadir otros 196.000 viajeros que utilizaron la lanzadera que conectaba el Charco de La Pava con el aparcamiento P1, en las proximidades del recinto ferial, por lo que la demanda total ascendería a 966.031 viajeros. Las cifras del Metro no fueron tan positivas. Transportó a 778.000 viajeros en los servicios especiales de la Feria, un 4,4% menos que en 2013. En ambos casos se registró un descenso de usuarios en las horas centrales del día y un aumento importante a última hora de la tarde y por las noches. 

Por su parte, la oposición no se mostró tan optimista y aseguró que es necesario tomar medidas para "reactivar" la Feria. Así lo explicó Juan Espadas, portavoz municipal del PSOE: "No hay todavía indicadores para saber si el volumen de gasto es similar al de otros años. En determinadas horas del día había menos personas, mientras que en otros se mantenía un nivel fuerte de afluencia. El Ayuntamiento ha de tomar decisiones para reactivar la feria en los próximos años, ya que hay mejoras posibles que se han constatado en la feria en el debate ciudadano, pero donde el alcalde no se moja nada". Entre ellas, considera necesario un día festivo. El portavoz de IU, José Manuel García, se refirió a "objetivos no cumplidos" e instó a Zoido a "tomar nota de los errores cometidos" en la Feria de 2014 con el propósito de mejorar en el futuro una fiesta que, "en esta ocasión, no ha respondido a las expectativas creadas", al haberse saldado con una "menor afluencia de público y con un descenso del gasto y del consumo en las casetas".