calle rioja

Tres venecianas de Sevilla

PODEMOS llamarlas las venecianas. Tres mujeres que han tendido hermosos puentes estéticos entre Sevilla y Venecia. Las novelistas Eva Díaz Pérez y Ángela Becerra y la pintora Nuria Barrera, que son las tres embajadoras entre ambas ciudades, tienen cualificados precedentes. Venecia, agosto 13. Es el 13 de agosto de 1920 y es la fecha de la postal que desde la ciudad italiana envía Ramón Carande. Es el primero de los trayectos que aparecen en su Libro de Viajes que editó la Diputación Provincial de Badajoz con introducción y prólogo de su hijo Bernardo Víctor Carande. Uno de los últimos es el que hizo a Oviedo en la primera semana de octubre de 1985 para recibir el premio Príncipe de Asturias. El titular de este galardón, por cierto, era un chaval bien formado que en enero del año siguiente cumpliría los 18 años. Y se lo daba en la patria chica de su futura esposa Letizia Ortiz. Cosas del destino.

"Venecia se deja con dolor". Eso escribía Carande en aquella postal con 93 años de historia. Para que duela menos, aquí se propone un viaje en un cuadro y dos novelas. La Venecia pintada por Nuria Barrera, la pintora que ha ilustrado la última Semana Santa, la descubrí en la exposición de su obra que organizó el Círculo Mercantil en la calle Sierpes. Allí estaba la luz que deslumbró a Thomas Mann, la que tanto hechizaba a Proust, aunque en los siete volúmenes de En busca del arca perdida nunca consuma ese viaje a Venecia.

Adirático es el nombre de la obra con la que mi amiga Eva Díaz Pérez ha conseguido la sexta edición del Premio de Novela de Málaga, que eso en literatura es como golear esta noche al Borussia Dortmund. Entre 262 originales, su novela fue la elegida con un jurado del que formaban parte Antonio Soler, Ignacio Garmendia o Alfredo Taján, con la colaboración de la Fundación Lara. Es la segunda entrega de su trilogía europea y dicen que es un recorrido por las edades de Venecia. Con esa ciudad en la que nunca estuve yo mismo recorro las edades de mi vida: recuerdo aquel sexto curso de bachiller en Puertollano, cuando mi clase llevó al cine Lepanto de Puertollano el estreno de Muerte en Venecia de Lucchino Visconti. Hubo cierta incomodidad en los poderes fácticos. Era el curso 72-73, el año que mataron a Carrero Blanco. Llenamos el cine y con la taquilla financiamos el viaje de fin de curso a Palma de Mallorca.

Una novela ambientada en Sevilla acaba de desbancar a 50 sombras de Grey en la lista de libros más vendidos en Colombia. El libro se titula Memorias de un sinvergüenza de siete suelas (Planeta) y su autora es la colombiana Ángela Becerra. El libro "narra las peripecias de un donjuán que vive sus correrías en la Sevilla que va del final de franquismo hasta el siglo XXI", se lee en la reseña que hizo La Vanguardia, donde la autora decía que "la sociedad sevillana es compleja, se mueve entre lo pagano y lo religioso", dice Becerra, que llegó a la literatura desde la publicidad, conoce la Semana Santa de Sevilla y para documentarse sobre la ciudad se dejó recomendar por Juan Eslava Galán. La idea de la novela se le ocurrió en 1998 al conocer a un alemán disfrazado de Giacomo Casanova en el carnaval de Venecia, al que acudió en compañía de su hija.

El Carnaval está en la novela de Thomas Mann y la película de Visconti, en la que trabaja Silvana Mangano a la que Eslava Galán eligió en un fotograma de Arroz amargo para la portada de uno de sus libros. En un momento de la trama se habla de Málaga, y por ahí llegamos a la trama de Eva Díaz Pérez, compañera de oficio en los tiempos del Polígono Calonge. He elegido como síntesis de estas tres visiones venecianas de Sevilla un marco incomparable, la tienda Marcos Venecia, el consulado artístico que el Véneto tiene en la calle Lagar, afluente de la calle Cuna.

En Venecia está enterrado Helenio Herrera, entrenador de leyenda que llegó a estar en el banquillo del Sevilla. El pionero de los recortes balompédicos, cuando dijo que con diez se jugaba mejor que con once.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios