Sevilla

La víctima ratifica los malos tratos y sus amigas avalan su versión

  • Discutían continuamente por sus salidas o la ropa que llevaba. Los recepcionistas del hotel no apreciaron lesiones en la joven.

Rubén Castro

Rubén Castro / Efe

Si Rubén Castro defendió su inocencia en el juicio, su ex pareja ratificó por completo que sufrió malos tratos, una denuncia que fue avalada en la vista oral por los testimonios de tres amigas suyas y un ex novio. La joven L. M. declaró a puerta cerrada por espacio de una hora y media y protegida por una mampara, y al término de la comparecencia, su abogada, Amparo Díaz, explicó a los periodistas que ratificó "punto por punto y con mucho dolor y pesar" todos los hechos que aparecen recogidos en su denuncia, hasta el punto que la joven llegó a manifestar que fue la "época más horrible de su vida", precisó la letrada.

La víctima aseguró que fue agredida en ocho ocasiones y la forense que la examinó en mayo de 2013 dijo que las lesiones eran evidentes y "pocas veces las había visto antes, hasta el punto de que no podía abrir la boca, informa Efe.

En la vista oral también declararon tres amigas y un ex novio de L. M., quienes avalaron su versión respecto a las agresiones y malos tratos por parte del futbolista. Todos estos testimonios son de referencia, dado que contaron lo que la víctima les había ido narrando, salvo el de una de las amigas que sí aseguró que en mayo de 2013 ella presenció en casa de Rubén Castro una agresión. Según esta testigo, Rubén y su pareja discutieron, ambos se gritaron, y hubo un "forcejeo" en el que el jugador le propinó una "patada en la barriga" que hizo que la joven cayera al suelo.

Este incidente ocurrió sobre las cinco de la mañana.Otra de las amigas dijo que la pareja convivió en casa del jugador los "primeros seis meses" y relató

Una amiga "maquilló" a la víctima para que no se le notara la agresión y le dejó ropa

que en ese período las "amenazas", discusiones y peleas eran continuas "por cualquier cosa", como por ejemplo porque la mujer saliera con sus amigas, algo que "enfadaba" al delantero. Esta testigo indicó que en al menos dos ocasiones ha visto cómo ella tenía "marcas" en el brazo y en un ojo después de contarle que discutió y se peleó con Rubén. "Me contó que le había pegado una patada que la dejó en el suelo casi sin poder respirar", afirmó esta joven, que añadió que otra vez tuvo que "maquillarla" para que no se le notaran las lesiones y dejarle ropa.

Otra testigo que declaró en la vista oral es una joven que es amiga de la víctima desde que ambas estaban en la guardería y que no dudó en afirmar que esta pareja "no era nada sano", era una relación "conflictiva al máximo", porque estaban "siempre peleando y discutiendo" por cuestiones como las salidas de ella, la ropa que llevaba y su trabajo como go-go. Así, relató que la amenazaba con frases del tenor "como salgas la vamos a tener" y añadió que el 31 de diciembre de 2012 le contó que Rubén le había pegado y tenía un "ojo morado", enviándole incluso fotos a su móvil del estado en el que se encontraba. También señaló que le daba "patadas" y en ocasiones la agarraba "por el cuello" hasta el punto de notar que se "estaba asfixiando", según la testigo, que definió la relación como "tóxica" y aseveró que en dos ocasiones vio fotos con hematomas en en el ojo y cinco veces en los brazos.

En el juicio compareció también un novio de la víctima que inició la relación con ella en abril de 2013, un mes antes de que denunciara al futbolista, y que dijo que cuando vio la agresión le "impactó mucho" ver a la joven en ese estado, con la cara y el cuello "inflamados". Según este joven, aquel día ella accedió a ir al hotel porque "le había pasado otras veces, en las que le pagaba un hotel para que se le quitaran las magulladuras", porque ella no quería que sus padres supieran que Rubén le pegaba. Según este ex novio, "nunca" tuvieron ninguna discusión en los cuatro meses que duró la relación.

Por su parte, uno de los recepcionistas del hotel donde se produjo supuestamente una de las agresiones declaró que cuando Rubén y la joven entraron, ésta no presentaba lesiones ni tenía los ojos llorosos, y añadió que el futbolista no la empujó a la hora de entrar en el ascensor. Otra recepcionista sostuvo que vio a Rubén Castro sobre las once de la mañana y dejó un sobre para su pareja, que lo recogió acompañada de su hija, y en se momento "no había nada que le llamara la atención", "ni le vio nada en la cara, ni iba llorando".

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