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Dinamismo por control

  • La entrada de los Theo, Kovacic o Asensio restará mando y creatividad, pero acelerará las acciones del bloque de Zidane, sobre todo a la contra

El lateral brasileño Marcelo bromea con el portero Kiko Casilla ante Theo Hernández en el entrenamiento matinal de ayer en Valdebebas.

El lateral brasileño Marcelo bromea con el portero Kiko Casilla ante Theo Hernández en el entrenamiento matinal de ayer en Valdebebas. / rodrigo jiménez / efe

Cuando el Sevilla se clasificó para la final de la Copa del Rey y tuvo que verse forzado a retrasar el partido ante el Real Madrid, se dispararon las conjeturas: ¿llegará el Real Madrid con un ojo en la Liga?, ¿lo hará sin ningún objetivo que llevarse a la boca ya en la temporada?, ¿acudirá a Sevilla con la vista cegada por el fulgor de las estrellas de la Champions? Finalmente sucede lo último. Por algo es su competición fetiche. Aún faltan 17 días para esa finalísima de Kiev ante el Liverpool, pero ese prudente margen de tiempo no va a evitar que Zidane extreme sus cuidados a sus cracks.

Cristiano Ronaldo no llegará hoy a Sevilla por su leve esguince de tobillo, pero seguramente iba a descansar igualmente si estuviera disponible. El sancionado Gareth Bale, en cambio, igual hubiera disfrutado de minutos esta noche. Pero los Sergio Ramos, Marcelo, Kroos, Modric y hasta Keylor Navas van a entrar en esa rueda de rotaciones que tan bien le funcionó al entrenador galo la pasada campaña para levantar la Duodécima ante la Juventus.

Un vistazo a los partidos jugados por los puntales en la Liga revelan un plan preconcebido. Todos ellos han descansado en torno a unos diez partidos. De las 35 jornadas -en el caso madridista-, Sergio Ramos ha disputado 24; Marcelo, 26; Kroos, 25; Modric, 24; Cristiano, 26; Casemiro, 27.

Sin balón

El Madrid sufre sin la posesión de la pelota, y es en esta faceta cuando salen a relucir algunas de sus carencias. Los madridistas tienen varios puntos débiles significativos, como evitar el fuera de juego y que el rival cree oportunidades de gol, defender los contraataques del adversario y la pelea en los duelos aéreos. Sólo la figura de Casemiro destaca en la destrucción y recuperación del esférico, ya que es el medio centro de más trabajo que tiene Zidane.

Por otro lado, la presión para recuperar la pelota depende del grado de intensidad y motivación de los pupilos del técnico galo en ese encuentro, como se ha podido comprobar esta campaña en muchas ocasiones. El Madrid plenamente motivado es agresivo, porque a la calidad técnica premium estos jugadores unen un físico privilegiado. Pero hoy no parece la noche.

Con balón

Hoy es el turno para Kovacic, Asensio o Dani Ceballos, dentro del amplio abanico de opciones que tiene Zidane. Sin Kroos o Modric, el Madrid pierde jerarquía y control, pero los jóvenes le pueden inyectar más dinamismo, más ida y vuelta. El Madrid también genera mucho peligro al contraataque, con la velocidad por fuera de Lucas Vázquez y Asensio, la fuerza en conducción de Kovacic y la capacidad lanzadora de Dani Ceballos.

Lo mejor

El nivel de la plantilla es tal, que la segunda línea también marca diferencias si está metida, mentalizada y cómoda.

Lo peor

La mente del Madrid está en Kiev y puede cogerle asco al partido de corte físico que propondrá Caparrós. A balón parado, sufre.

El perfil: Marco Asensio

Caricatura de Marco Asensio. Caricatura de Marco Asensio.

Caricatura de Marco Asensio. / Rosell.

Piernas para subir al podio de Nyon. Marco Asensio (Palma de Mallorca, 21 de enero de 1996) ha disputado como titular apenas la mitad de la Liga: 18 partidos de las 35 jornadas de su Real Madrid. Y, sin embargo, el pipiolo tiene ya un valor de mercado en torno a los 80 millones de euros. Ese dato refleja dos cosas: el imponente nivel medio de la plantilla blanca y las apabullantes condiciones que atesora el balear, quien no sería extraño que fuera protagonista muy principal de la selección española en el inminente Mundial de Rusia. Es un catálogo de virtudes. Un delantero que parece fabricado a la carta: es muy imaginativo, sabe leer las jugadas y es generoso con el compañero, tiene pase (cinco asistencias en Liga), una potente conducción en la que puede cambiar de ritmo varias veces, un regate prodigioso y un tiro demoledor con su zurda. Vamos, un aspirante a subir al podio de Nyon a recibir un balón de bronce, de plata... o de oro.

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